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§ Narrador.
- ¿Estás lista para ver al monstruo?
El silencio se apoderó de la habitación, envolviéndola en un manto oscuro que parecía estar tejido por las sombras más profundas. Todo a su alrededor se había tornado negro, como si la luz misma hubiera sido devorada por la oscuridad. Una inmensa cantidad de sombras la rodeaban, sus formas indistintas y amenazantes se movían con una inquietante fluidez, como si tuvieran vida propia.
De izquierda a derecha, miles de ojos rojos comenzaron a abrirse, uno tras otro, brillando en la penumbra con intensidad. La observaban fijamente, como depredadores acechando a su presa, sus miradas penetrantes llenas de una malicia insondable, expectantes de la diversión que se avecinaba. Las sombras comenzaron a moverse, extendiéndose como una marea negra. De ellas emergieron manos oscuras, con dedos finos y largos, que se deslizaron lentamente hacia las piernas de Charlie.
El frío tacto de aquellas manos la sobresaltó, enviando un escalofrío por su columna. Se sacudió con desesperación, tratando de liberarse de los agarres que la intentaban mantener prisionera. Su respiración se volvió errática, y el pánico comenzó a apoderarse de su mente. Cada movimiento de las sombras parecía intensificar su miedo, mientras luchaba por escapar de la opresiva oscuridad que la rodeaba.
-Debes detenerte, Alastor, por favor (Rogó Charlie con desesperación).
De entre toda esa oscuridad, una figura comenzó a hacerse visible, emergiendo lentamente como un espectro atormentado. Se arrastraba hacia ella con movimientos lentos y dolorosos, acompañados de sollozos desgarradores que resonaban en el vacío. A medida que la figura se acercaba, Charlie sintió una opresión en el pecho, reconociendo finalmente de quién se trataba.
Era Seviathan. Su cuerpo mutilado, sin piernas, se arrastraba penosamente por el suelo. Cada movimiento parecía una agonía, y sus gimoteos eran un lamento continuo. Lágrimas de sangre caían por su rostro, dejando un rastro macabro mientras el dolor y la desesperación se reflejaban en sus ojos.
-A-ayu-dameeee... (Susurró Seviathan, su voz apenas comprensible).
Charlie gritó y cayó al suelo, paralizada por el terror. Sus ojos se abrieron de par en par, incapaces de procesar lo que veían. Temblaba incontrolablemente.
-N-no... tú... no... (Charlie balbuceaba sin poder creérselo).
Las sombras a su alrededor comenzaron a carcajearse, sus risas fuertes y estruendosas ahogaban cualquier otro sonido, creando una atmósfera de pesadilla. Seviathan, con una mirada oscura y penetrante, tomó a Charlie del tobillo. Ella sintió el frío de su toque recorrer su piel como un escalofrío mortal.
Lentamente, Seviathan comenzó a trepar por su cuerpo, cada movimiento suyo era una tortura lenta y agonizante para Charlie, quien estaba en tal estado de shock que no podía reaccionar. Su mente gritaba, pero su cuerpo no respondía. Finalmente, Seviathan quedó encima de ella, mientras las sombras seguían riendo, disfrutando del sufrimiento.
Charlie lloraba, sus lágrimas caían sin cesar mientras sus ojos permanecían abiertos, congelados por el terror. Apenas pudo susurrar, con la voz quebrándose
-S-Sev...
La expresión de dolor en el rostro de Seviathan se transformó rápidamente en una máscara de seriedad.
(Su voz resonó con irritación) - ¡VUELVES A DECIR ESE NOMBRE EN MI PRESENCIA, Y DESTRUIRÉ TODO LO QUE QUIERES!
El rugido de Seviathan llenó el aire. Una enorme sonrisa, llena de afilados dientes, se dibujó en su rostro, irradiando malicia y satisfacción. De repente, unas llamas verdes lo envolvieron, danzando y crepitando. Su apariencia comenzó a cambiar, las llamas lentamente revelaron la verdadera forma que se ocultaba tras ese teatro.
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Dear Insanity (Charlastor-Hazbin Hotel)
Fiksi PenggemarCharlotte Morningstar, la futura gobernante del Infierno, se une a algunos de sus amigos en un intento desesperado por detener el Exterminio que azota su reino periódicamente. El Hotel, creado para redimir a los pecadores, podría ser su última esper...