Charlotte Morningstar, la futura gobernante del Infierno, se une a algunos de sus amigos en un intento desesperado por detener el Exterminio que azota su reino periódicamente. El Hotel, creado para redimir a los pecadores, podría ser su última esper...
A la mañana del siguiente día, abrí lentamente mis ojos, me desperté antes de lo normal y me removí un poco en la cama, sentía el peso del brazo de Alastor que estaba sobre mí. Aprecié su rostro, era totalmente diferente verlo dormido. Conserva su sonrisa característica, pero solo es una leve, sus pestañas son largas y sus orejas estaban algo caídas... "Qué hombre tan atractivo" pensé. Admitiré que despertar a su lado es malo para mi corazón, tengo deseos de besarlo... mordí mi almohada y me ruboricé ante morbosas ideas que se empezaron a agolpar en mi mente, debía calmarme.
Me escurrí de la cama y tomé una camisa para tapar todas las marcas de mi cuello, y sobre este mi vestido. Luego de salir en silencio, llegué a la cocina. Umbra estaba merodeando por la casa haciendo su ronda de vigilancia, apenas me vió se acercó sonriendo a mí y me acompañó en la cocina.
§ Narra Alastor
"Aaaaah...qué relajante".
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Dormía plácidamente, otra vez gracias a ella pude tener un sueño reparador. Ese aroma que siempre emana suele volverme loco la mayoría de veces... pero también me relaja...mi Dulce y tierna Charlotte, no me imagino otra noche durmiendo sin ella, pero debo contenerme y no mostrarme tan débil. El calor de su suave cuerpo y su dulce aroma son sedantes a la hora de dormir. Empecé a intentar despertarme lentamente...aún tenía mis ojos cerrados y los sentía pesados, pero moví mis manos buscando a Charlotte, y solo me topé con una pila de almohadas. Abrí mis ojos y me senté en la cama.
- ¿Charlotte?
La busqué con la mirada.
Masajeé mis ojos para terminar de despertarme e ir a buscarla, pero Umbra abrió la puerta del cuarto, permitiéndole a Charlotte ingresar. Llevaba en su mano una bandeja con lo que era el desayuno.
- ¡Al! Ya había fantaseado que debía empujarte de la cama yo misma para que te despiertes ah ah ah. (Me comento risueña)
-Aunque usaras toda tu fuerza, no podrías moverme ni un dedo, mi débil Charlotte.
La vi inflar sus mejillas...ofendida por mi comentario, y el reírme no ayudo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
