19-Acuerdo

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§ Narrador.

Luego de atravesar el portal que los llevó directamente a la habitación de Alastor, él la guió suavemente hasta la cama y la sentó con cuidado. Charlie observó cómo Alastor se dirigía al baño del cuarto, dejándola sola por un momento. La habitación estaba envuelta en una penumbra acogedora, con la luz tenue de una lámpara antigua proyectando sombras danzantes en las paredes.

Charlie se hundió en sus pensamientos, sintiendo una mezcla de emociones que la abrumaban. Su mente era un torbellino de preguntas y dudas. ¿Qué pasaría ahora? ¿Qué debía hacer? ¿Podía confiar en Alastor o solo estaba jugando con sus sentimientos? Aunque su corazón latía con fuerza al pensar en él, no quería ser parte de un juego de orgullo y manipulación.

Sus manos temblaban ligeramente mientras se llevaba una a los labios, tratando de calmarse. Recordó la intensidad de la mirada de Alastor, la forma en que sus ojos parecían ver a través de ella, desnudando sus miedos y deseos más profundos. Sí, lo deseaba con todo su ser, pero no estaba dispuesta a ser una pieza más en su juego.

El sonido del agua corriendo en el baño la sacó momentáneamente de sus pensamientos. Charlie respiró hondo, tratando de encontrar una respuesta en medio del caos de sus emociones. Sabía que debía ser fuerte y clara sobre lo que quería, pero la incertidumbre la mantenía atrapada en un mar de dudas.

Luego de unos minutos, Alastor regresó a la habitación. Se paró frente a Charlie, observándola con una intensidad que la hizo estremecer.

(Alastor sonrió y se inclinó ligeramente, acercándose a ella) -Deja de sacar suposiciones apresuradas Dulzura.

Alastor la cargó en sus brazos con cuidado, sintiendo la fragilidad de su cuerpo contra su pecho mientras la llevaba al baño. Con delicadeza, la ayudó a meterse en la tina llena de agua tibia. Charlie se quedó sentada, abrazando sus propias piernas con fuerza, como si intentara protegerse de un mundo que la había herido profundamente. Sus ojos evitaban los de Alastor, llenos de una tristeza que parecía infinita.

Alastor se agachó junto a la tina, observándola con una mezcla de preocupación y ternura.

-Charlotte... (Alastor susurró, tomando un mechón de cabello que cubría su rostro y colocándolo suavemente detrás de su oreja)

Ella no respondió, solo un suspiro escapó de sus labios mientras seguía mirando al vacío.

-Hoy te quedaras aquí (Dijo Alastor con firmeza, pero con una suavidad que intentaba ofrecerle consuelo).

Charlie giró rápidamente su cabeza, sus ojos se encontraron con los de Alastor, llenos de sorpresa y confusión.

- ¿Qué? (Preguntó, su voz temblando ligeramente.)

-Descansaras un día de tus responsabilidades. (Continuó Alastor, su tono más suave ahora) Llevas demasiado tiempo sumida en interminables horas con los asuntos del hotel. Quiero que te tomes el día...

(Charlie negó con la cabeza) -No puedo, todos cuentan conmigo y tengo muchos documentos que revis-

(Alastor la interrumpió) -No te estoy preguntando, Charlotte. Me encargaré de todo mientras tú descansas un momento. Dejaré todo listo para nuestra ausencia en el hotel y cuando vuelva... hablaremos.

Charlie se sobresaltó ante la seriedad en sus palabras.

-No salgas, es peligroso (Añadió Alastor con sus ojos reflejando una preocupación genuina).

Dear Insanity (Charlastor-Hazbin Hotel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora