17-Nada cambio...

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Nota: A veces puede pasar que ponga texto en otros idiomas, es un detalle ya que siempre va a estar la traducción al lado, después de todo lo saque del traductor y hasta tal vez no diga exacto lo que quería jajajaja.

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§ Narrador.

Al siguiente día, Charlie se levantó con determinación. Se dirigió al espejo y se miró fijamente, sus ojos reflejaban una chispa de esperanza y desafío.

- ¡Vamos, Charlie! Hoy es el inicio de todo, hoy empieza una nueva era en el infierno (Se dijo a sí misma en voz alta, mientras se daba unos golpecitos en las mejillas para animarse).

Justo cuando estaba a punto de salir de su habitación, algo llamó su atención. Sobre la silla, descansaba el saco que Alastor había llevado a la fiesta la noche anterior. Lo tomó con cuidado y, llevándolo a su rostro, inhaló profundamente.

-Bosque y Café... (Susurró, cerrando los ojos mientras una oleada de recuerdos y emociones la invadían. Suspiró, sintiendo una mezcla de nostalgia y anhelo).

Charlie se ruborizó al recordar lo que había sucedido entre Alastor y ella. Las heridas de sus garras y dientes aún dolían, quemando en su piel como brasas encendidas. Hundió su rostro en aquel saco, llena de tristeza y desolación. Esta vez estaba segura de que esos acercamientos con Alastor habían llegado a su fin. Aunque debía admitir que, en ocasiones, no podía evitar sentir cierto placer en sus toques, sabía que debía poner un alto o sus sentimientos serían aplastados.

Charlie, después de todo, podía ser honesta consigo misma y admitir que le gustaba Alastor. A su manera, él era un hombre tan cautivador y encantador. Su apariencia impecable y elegante lo hacía aún más atractivo, siempre llevando consigo un aire de confianza que podía ser tanto una bendición como una maldición, pero que se mezclaba a la perfección con su carisma.

Lo más atrayente de Alastor era ese aire de misterio que lo envolvía, junto a una intensa presencia que no se podía ignorar. Cada vez que ingresaba a un lugar, todos se sentían atraídos a observarlo, como si fuera un ser enigmático e inalcanzable. Y cuando posaba sus ojos en ti... esos brillantes rubíes que parecían absorber tu alma, ejercían una presencia amenazadora, como si se tratase de una bestia cazando a su presa.

Sabía que debía ser fuerte y resistir la tentación de caer nuevamente en sus brazos. Pero, en el fondo, no podía evitar sentirse atraída por él, por ese hombre que, a pesar de todo, había dejado una marca imborrable en su corazón.

Charlie detuvo sus pensamientos, cerro los ojos y trago saliva.

- ¡AAAAAH! Narcisista orgulloso de porquería... (Gritó, arrojando enojada y ruborizada el saco sobre su cama) ¡Basta, Charlotte! Hoy es un día importante.

Corrió a la cocina y, una vez allí, se puso a preparar el desayuno con energía, intentando distraerse y acallar su mente. No se sorprendió al ver que Alastor no estaba; después de la discusión de anoche, era de esperarse que no apareciera. Encendió la radio para alegrar su mañana y, al son de la música, se dispuso a trabajar.

Mientras cortaba frutas y batía huevos, sus pensamientos seguían volviendo a él. La música ayudaba a calmar su corazón, pero no podía evitar que su mente divagara hacia los momentos compartidos, tanto buenos como malos. Cada melodía parecía traer consigo un recuerdo, una emoción, una sensación.

Charlie sabía que debía mantenerse firme. Hoy era un día importante, y no podía permitirse ser arrastrada por la marea de sus sentimientos. Con cada movimiento en la cocina, se repetía a sí misma que debía ser fuerte, que debía seguir adelante, aunque su corazón aún latiera con fuerza al pensar en Alastor. Al cabo de unos minutos, ya se encontraba más relajada y disfrutando de la música. 

Dear Insanity (Charlastor-Hazbin Hotel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora