Charlotte Morningstar, la futura gobernante del Infierno, se une a algunos de sus amigos en un intento desesperado por detener el Exterminio que azota su reino periódicamente. El Hotel, creado para redimir a los pecadores, podría ser su última esper...
Alastor avanzó por los pasillos del hotel, sus manos ocultas detrás de su espalda, tarareando una melodía que solo él conocía. A su lado, Umbra, su fiel compañero, seguía con paso ligero. Alastor estaba de buen humor mientras se dirigía al cuarto de Angel.
-Que magnificó día mi infernal amigo. Todo está saliendo de maravilla (Mencionó a su sombra) ¿Cómo se encuentra mi buen Husker? (Preguntó con una sonrisa, deteniéndose frente a la puerta).
-Casi regenerado.
- ¡Qué esplendido! (Exclamó Alastor) Entonces, mi Socia no me regañará demasiado, ah, ah, ah.
[...]
Angel, mientras, revisaba su celular. Un mensaje breve de Valentino le heló la sangre: "Tienes otro dueño". La sorpresa fue abrumadora, y él se quedó boquiabierto antes de derramar lágrimas silenciosas. ¿Realmente Alastor había logrado su cometido tan rápidamente? No era de extrañar que todos lo llamaran "Negociador". Su habilidad para persuadir y manipular a otros en beneficio propio era legendaria. Pero ahora, ese negociador era su nuevo dueño, para bien o para mal...ya era algo sin retorno.
Una sombra se deslizó por debajo de la puerta de Angel, y él supo de inmediato quién era.
(Alastor se materializó) -Cumplido, mi estimado amigo. (Indicó con una sonrisa siniestra)
(Angel cerró los ojos y murmuró) -Carajo, Sonrisas. Espero no haberme involucrado en algo peor.
(Alastor estiró su sonrisa) -Ah, ah, ah. Ya no es tiempo de arrepentimientos.
(Angel asintió con resignación) -Sí, sí, lo sé. Dame esa cosa para firmar. Ya conozco estos jodidos contratos...después de todo, no tengo opción.
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Alastor chasqueó los dedos y materializó un contrato frente a Angel. Sin mucho interés, él lo firmó. Una vez completada la transacción, el contrato se desplazó y desvaneció en la palma de Alastor.
-Por ahora, tus únicas órdenes serán prestar ayuda en el hotel, al igual que Husk y Niffty (Ordenó Alastor) Manténme informado sobre Charlotte. Cualquier movimiento extraño, repórtamelo de inmediato.
(Angel frunció el ceño) - ¿Hum? ¿Por qué controlas lo que hace Charlie? ¿No le harás daño...verdad?
(Alastor pasó los dedos por su cabello y exhaló resignado) -Supongo que es mi error. Juzgué anticipadamente que era algo obvio. Por ahora, solo será una advertencia: abstente de desobedecerme o de entrometerte en mi vida privada. Si cuestionas mis órdenes, espero que entiendas que tus actos tendrán consecuencias. Mi palabra es irrefutable e incuestionable. Y, aunque parezca obvio, en este punto desconozco tu capacidad de razonamiento, amigo mío: Charlotte no debe saber que estás bajo mi mando. Dicho esto, me retiro.
