20. -1.500, -1.583, -1.666

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Agosto

tick tock


—Me ha mordido.

A Draco le habría encantado decir que esas palabras le salieron fuertes, que su voz sonó uniforme, controlada y desprovista de una preocupación irracional.

Pero lo único en lo que podía pensar, después de que las palabras salieran de su boca, era en lo parecida que sonaba su voz a la vez que aquel maldito y enorme Hipogrifo había intentado mutilarlo.

Hermione le había dado un estante. Un estante con una mísera runa amarilla para manipular, y estaba claro que había hecho algo mal, porque el armazón de celosía destinado a albergar filas y filas de vinos caros se había astillado y había saltado, hiriéndole en la mano derecha con varios fragmentos de madera. Supuso que técnicamente eso significaba que la estantería le había apuñalado, no mordido. Pero "morder" fue la primera palabra que le vino a la mente cuando la punzada de dolor le subió por el brazo y le brotó sangre de la palma de la mano.

Hermione apareció a su lado, con la varita desenfundada, ya extrayéndole las astillas de la mano.

—Oh, sí. Aquí está pasando mucho, —dijo ella, una imagen de la compostura que él hubiera deseado tener. Su primer instinto había sido el pánico, luego un pensamiento ridículo sobre su propia muerte a través de una estantería enfadada, luego el pensamiento más razonable, que vocalizó, sobre haber sido mordido. Y aunque esa había sido la más reservada de sus reacciones iniciales, seguía pecando de ridícula.

—¿Mucho? —preguntó él, siseando mientras ella le quitaba una astilla especialmente grande de la piel.

—Sin embargo, mis runas las registran como naranjas, —dijo—. Me pregunto si las runas tienen en cuenta la amenaza percibida por el estado de sangre... —se interrumpió, con una expresión pensativa en el rostro mientras lo curaba.

No le soltó la mano una vez hubo terminado. Entrelazó sus dedos con los de él y echó un rápido vistazo a la bodega, como si esperara encontrar público, una reprimenda por una muestra de afecto cuando debía trabajar. Cuando volvió a mirarle, vio que sus ojos se dirigían a su boca, transmitiéndole sus pensamientos.

—No estará pensando en besarme, ¿verdad, Representante del Ministerio Granger? Sabe que ahora estás de servicio. —Le sonrió: fácil, perezoso y sencillo, como debe ser.

Ella frunció el ceño, entrecerrando los ojos mientras levantaba un dedo índice y se lo clavaba en el centro del pecho.

—No te atrevas a fingir que tienes algún interés en que mantenga mis límites profesionales.

—Estoy seguro de que no sé lo que quieres decir, Hermione. Me importan mucho tus límites profesionales. —Le soltó ambas manos, dando un paso atrás.

Hizo un pequeño sonido de fastidio.

—Entonces, si te pidiera que me besaras hasta que no pudiera respirar o que me hicieras tuya contra uno de estos barriles, ¿te negarías por respeto a mis responsabilidades profesionales?

Sintió que su concentración se contraía, como si todo lo demás en la habitación se hubiera desvanecido: dejándola a ella y a esa preciosa frase y nada más. A la mierda sus bromas. Ahora tenía en la cabeza una imagen de ella inclinada sobre un botellero, y si ella le ofrecía...

—Muéstrame la superficie segura más cercana, —dijo.

Ella se rio y se adelantó para darle un beso ligero y totalmente insatisfactorio. Cuando él trató de acercarla, ella se escabulló sin dejar de sonreír.

Beginning and End - Dramione (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora