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Octubre


Si la boda de Astoria tenía algo a su favor, la disposición de los asientos en la recepción era probablemente la parte favorita de Draco. Con demasiada frecuencia, en las bodas de sociedad se solía colocar a familias enteras juntas, lo que convertía la experiencia en algo aburrido y aislado para cualquier joven que quisiera escapar de las garras de sus padres y darse un capricho con un poco de vino caro y gratis. No es que Draco hubiera tenido problemas si se hubiera impuesto ese tipo de disposición de los asientos; sus padres no estaban presentes.

Tal como estaban las cosas, Astoria había ordenado las mesas de los conocidos, colocando a Draco y Hermione con Theo, Blaise, Pansy y la cita de Pansy: un tipo bastante alto, moreno y de aspecto adusto cuyo nombre Draco recordaba lo suficiente como para repetírselo a modo de saludo e inmediatamente purgarlo de su memoria.

Draco se relajó en su silla, agradablemente saciado por la deliciosa comida. Dejó que su brazo se deslizara por el respaldo de la silla de Hermione, rozándole con los dedos la espalda, los hombros y los brazos de vez en cuando. La sintió tensarse y estremecerse cada vez. Sin embargo, era culpa de ella, que llevaba un precioso vestido plateado que casi le robaba la capacidad de procesar pensamientos complejos.

Ella se retorció en su asiento junto a él, con la mano presionándole las costillas.

—¿Incómoda? —preguntó, bajando la cabeza para pronunciar la palabra en voz baja, solo para ella.

—Es muy ceñido.

—Sé que lo he dicho...

—Muchas...

—Sí, muchas veces. Pero estás preciosa.

—Eso está muy bien. Pero me aprieta demasiado en la cintura. Le dije a Pansy que no estaba dispuesta a gastar una fortuna en un nuevo guardarropa, así que me sigue haciendo sus propias prendas a medida.

—Ahora que lo pienso, eso se parece a algo que Pans usaría.

—Le he informado de mis medidas en más de una ocasión y, sin embargo, me siguen llegando un pelín más ajustadas de lo que preferiría.

Una sonrisa robó su expresión, seguida de una pequeña carcajada.

—Muy Slytherin por su parte. Imagino que la diferencia es a propósito.

Hermione frunció el ceño con severa despreocupación.

—Bueno. Es incómodamente apretado.

—No quiero que te sientas incómoda, —dijo, queriéndolo decir de verdad.

—¿Pero? Sonaba como si tuviera que haber un pero. —Acomodó el ángulo de la cabeza y la mandíbula en una especie de inclinación exigente.

La honestidad brotó de él en una respiración baja y apreciativa.

—Estás impresionante.

Puso los ojos en blanco.

—¿Sabes que también me dijo qué ropa interior ponerme? Deberías ver lo que llevo debajo. —Sorbió su vino de tal manera que Draco casi no se dio cuenta de la sonrisita tortuosa que se dibujaba en la comisura de sus labios.

Se inclinó más cerca, rozándole la oreja.

—Pienso hacerlo. Quizá tú también. ¿Está en esa maldita agenda tuya? ¿Enseñarle a Draco la escandalosa lencería que Pansy me hizo usar?

Beginning and End - Dramione (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora