+.333, +.333, +.333
Septiembre
Draco encontró a Theo apoyado contra los enormes muros de piedra que conformaban el reluciente exterior blanco de Gringotts. Draco apreciaba las líneas de tiempo, por lo general las respetaba hasta un punto fastidioso, casi obsesivo. Pero aquella mañana le había costado separarse de Hermione en el Flu. Tampoco tenía una buena razón para su lucha por desenredarse, literalmente, de su pelo.
Había quedado con sus padres para comer. Habría asistido si no hubiera concertado la cita con Theo dos semanas antes. Algo en despedirse de Hermione un fin de semana, el tiempo que solían pasar juntos, le hizo aferrarse un poco más. Pasó los dedos por sus rizos, enrollándolos alrededor de sus nudillos, tirando lo suficiente como para acercar su boca a la de él.
Objetivamente hablando, si uno llevara la cuenta del tiempo y la puntualidad, podría decirse que la besó durante demasiado tiempo, estrechándola contra la chimenea y perdiéndose en la niebla cálida y lujuriosa que descendía como una borrasca de verano cada vez que su boca encontraba su piel. Le resultaba difícil no perderse en la maravillosa y gloriosa tranquilidad que le proporcionaba volver a vivir con ella, volver a tenerla.
Antes no había estado mal, ni mucho menos. Pero solo con el beneficio de la retrospectiva Draco podía ver las cosas que habían estado planeando sobre ellos: los prejuicios de sus padres, las preocupaciones de ella por la profesionalidad, los temas que evitaban en un intento de protegerse mutuamente. Pero ahora, después, la certeza acallaba todas esas dudas. Habían elegido, los dos. Decidido. Acordaron, decisión de él y de ella, que estaban dispuestos a pagar lo que hubiera que pagar para tener su felicidad juntos. Y a veces ese coste venía en forma de besos prolongados cuando uno tenía otros sitios donde estar. Otras veces, en forma de conversaciones nocturnas sobre lo que esperaban el uno del otro, lo que necesitaban el uno del otro y lo que se pedían el uno al otro. Los besos eran agradables, pero las conversaciones, necesarias.
Se había separado con el tiempo justo para que ella saltara por el Flu hasta la chimenea recién conectada de sus padres, perfectamente puntual, aunque no varios minutos antes como había planeado.
Draco, por su parte, tuvo que ir por Flu al Caldero y luego caminar a paso razonable por el callejón Diagon para encontrarse con Theo.
Abrió la boca para excusarse, pero Theo le cortó en seco.
—No quiero saber por qué llegas tarde, —dijo, antes de volverse hacia las puertas. Hizo una pausa, medio giro hacia Draco. Ladeó la cabeza lo justo para indicar que pretendía señalar con la postura—. Te ha despeinado, amigo.
Theo casi parecía divertido mientras empujaba las puertas doradas y entraba en el banco.
—Supongo que este año no vas a enseñar a los niños, —preguntó Theo mientras entregaba su varita y coordinaba un viaje a su bóveda.
Draco resopló.
—Para nada. Mi consulta sobre el puesto vacante fue rechazada tajantemente. Al parecer, han cubierto temporalmente el puesto para este año.
Theo se encogió de hombros, aceptó su varita y siguió al duende hasta los carros de las bóvedas.
—Siempre te quedará el año que viene, —dijo. Hizo una especie de gran gesto, invitando a Draco a subir primero al carro.
Draco se plegó en él.
—Lo dudo. Aunque me recomendaron con bastante displicencia que presentara la solicitud completa el próximo marzo, cuando vuelvan a aceptar solicitudes.
![](https://img.wattpad.com/cover/375996067-288-k254887.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Beginning and End - Dramione (Traducción)
RomanceAños. Divididos en meses, semanas, días, horas, minutos, segundos y momentos. Simples en un extremo, complejos en el otro. En la experiencia de Draco, los momentos, incluso cuando eran simples, tenían la costumbre de volverse irrecuperables. Los mom...