01. Fingir

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Miércoles, 26/01/11

—¿Estás segura de que querés salir? —Preguntó mi amiga, mirándome algo preocupada.

—Es mi cumpleaños, Coni, quiero festejar—Fingí una de esas sonrisas seguras que solía hacer yo. La rubia suspiró y nos seguimos preparando, íbamos a ir a un boliche e íbamos a estar en el VIP, o algo así nos había dicho Sofi cuando nos invitó. Nos íbamos a encontrar con ella y con Zoe allá.

Me puse un short de jean bien corto, medias de red, borcegos negros de caña alta y un top del mismo color. Deje mi pelo negro suelto para que las mechitas celestes que tenía se notaran, las chicas siempre decían que combinaban con mis ojos color verde.

Me puse sombra plateada, me hice un simple delineado y también me delineé la línea de agua, me puse rímel y me pinté los labios de rojo oscuro. Me maquillé las cicatrices en mis brazos para que no fueran tan visibles y me puse mis pulseras de tachas. Me puse mi collar con la púa como un dije, varios anillos y unos aritos con forma de estrellas.

—¿Estás? —Preguntó Co mientras se ponía perfume. Yo asentí y agarré mi cartera.

Salimos antes de arrepentirme y volver a esconderme en una cama que ni siquiera era la mía. Porque dos días antes había tenido la mejor de las sorpresas: Mis viejos se habían enterado de que había dejado la carrera y bueno, mi regalo de cumpleaños adelantado fue echarme de casa, en donde tenía todos los lujos y comodidades que yo siempre rechazaba, pero por lo menos ahí tenía un techo sobre mi cabeza.

Así que ahora estaba quedándome en lo de Coni un tiempo, hasta que pudiera irme a otra parte. La situación me sobrepasaba, pero no podía dejar que nadie me viera vulnerable, sabía cuan cruel podía ser la gente.

Llegamos al lugar que estaba hasta las pelotas y pasamos al VIP con una reservación a nombre de un tal Fabricio, supuse que él era el que le había dejado su lugar a Sofi. En el VIP la situación no era muy diferente, lo único que había un poco menos de gente, pero los que había eran totalmente tope de gama.

—¡Buenas, bellas! —Sonrió Zoe cuando nos vio, con su característica personalidad brillante. Coni y yo nos acercamos a los sillones en donde estaban Zowi y Sofi—. ¡Feliz cumpleaños, Tanita!

La rubia de ojos celestes se levantó a abrazarme y de igual manera lo hizo So, sonriéndome amorosa. Nos sentamos y nos quedamos charlando un rato.

—¿Quién quiere un trago? —Preguntó Sofi, levantándose dispuesta a ir a la barra. Todas le empezamos a decir que queríamos y pude ver en la cara de la morocha el arrepentimiento de preguntarnos.

So desapareció durante unos minutos, en donde empecé a sentir como mi celular vibraba sin parar. Lo miré, era Francisco, mi novio. Suspiré y lo volví a bloquear. Estábamos peleados desde hace unos días porque yo había organizado para salir con las chicas, él ese día se empezó a sentir repentinamente mal y hasta no lograr que yo no fuera a ver a las chicas, no paró de hacerme sentir culpable. Esas actitudes venían de meses, y yo estaba algo cansada, pero no quería que él me deje, porque en parte yo también hacía las cosas mal. Me merecía esas cosas.

—Les presento a mis amigos—Dijo Sofi, trayendo tan solo su vaso en la mano, los demás lo traían otros tres pibes. Un rubio de pelo largo y sonrisa chamuyera, un morocho con el pelo corto y otro morocho de pelo largo que estaba con una colita. No los analicé demasiado, no tenía muchas ganas de conocer gente nueva ese día.

—¿De dónde los conocés? —Preguntó Contu, confundida.

—De la barra—Contestó la morocha, señalando la barra tras de los chicos, quienes se sentaron con nosotros—. ¿Cómo se llamaban?

Ángel EléctricoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora