Grita más fuerte, amigo mío, que te arropas con las ventajas de tu entorno, las condiciones materiales que te favorecen. Grita que fue tu mano, tu sola voluntad, la que construyó el camino que ahora pisas, que nada de fuera influyó, que las fluctuaciones del mundo fueron solo paisaje, mera espontaneidad de una realidad que no te tocó. Grita más fuerte, aquel que lanza insultos entre comillas, a los que no tuvieron tu misma fortuna, a los que no supieron o no pudieron alzar la voz en medio de la miseria que cargan como sombra. Porque llevar la carga de la pobreza no es ser perdedor, es solo no haber tenido el viento a favor.
El cambio no está en gritar lo que ya posees, sino en lo que se puede transformar, no puedes dirigir el futuro desde el egoísmo, ni desde una individualidad hueca, sin alma. Grita más duro, más fuerte, que los mares se agiten, que vean cómo construiste tu futuro de humo, hecho de mentiras y falsedades. Insulta a tu camarada, insulta a tu prójimo, insulta a todos desde esa falsa cima, créete aristócrata por haber llegado a la clase media, y ahí te vemos, como Doña Florinda, gritando, creyendo ser la nueva mentalidad de la época, el nuevo espíritu de estos tiempos.
¿Quién te crees que eres, acaso Apolo? Es fácil criticar sin saber cómo rueda el devenir, es fácil atacar sin comprender cómo gira el mundo, pero duele atacar a quien tiene poder, porque en el fondo, desean ser como él.
La hipocresía es una plaga, una enfermedad que se disfraza de virtud. El egoísmo y la superficialidad son máscaras frágiles que se caen al primer viento de verdad. La arrogancia de aquellos que se creen superiores sin haber comprendido las luchas y las batallas de los demás es un reflejo de una sociedad rota, donde la apariencia importa más que la esencia.
En este mundo, donde la lucha por la supervivencia es constante, donde la injusticia se perpetúa y la empatía parece un lujo, es vital recordar que el verdadero cambio viene de la solidaridad y el entendimiento. No desde la crítica vacía, sino desde la acción consciente y el apoyo mutuo.
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El Espíritu de la Modernidad
RandomEn un mundo donde la tecnología y la monotonía gobiernan nuestras vidas, El Espíritu de la Modernidad se adentra en las sombras de la existencia contemporánea, iluminando las grietas por las que se filtra la alienación y la deshumanización. A través...