Capítulo 02: Poder

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Dos años habían pasado desde aquella pelea en el patio trasero, y aunque Tomura y Astrid seguían siendo adversarios en muchos sentidos, había algo más en su relación

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Dos años habían pasado desde aquella pelea en el patio trasero, y aunque Tomura y Astrid seguían siendo adversarios en muchos sentidos, había algo más en su relación. Había momentos de rivalidad y burlas, pero también momentos de ayuda y comprensión, y ambos se estaban acostumbrando a la presencia del otro.

El sol brillaba intensamente sobre la mansión, y en el amplio jardín, Tomura se encontraba lanzando piedras a un viejo tronco caído. El sonido de las piedras chocando resonaba en el aire, mientras él se perdía en sus pensamientos. En su interior, había una mezcla de emociones; el odio y la soledad eran su compañía habitual, pero la memoria de su pelea con Astrid también ocupaba un lugar en su mente.

No muy lejos, Astrid observaba desde un rincón, apoyada contra el tronco de un árbol. Aún le costaba lidiar con la actitud de Tomura, pero había algo en él que la intrigaba. Era fuerte, y aunque a menudo era cruel, había momentos en que su verdadera naturaleza se revelaba.

Decidida a hacer algo, se acercó a él con determinación.

—¿Por qué no dejas de lanzar piedras y haces algo útil? —dijo, intentando sonar más fuerte de lo que realmente se sentía.

Tomura la miró con desdén, una sonrisa arrogante cruzando su rostro.

—¿Y tú qué sabes de ser útil? —respondió, levantando una piedra y lanzándola aún más lejos—. Solo te importa tu “poder”.

Astrid frunció el ceño, sintiéndose frustrada.

—Al menos intento mejorar. No estoy aquí solo para jugar a ser fuerte como tú —replicó, levantando la barbilla.

Tomura se detuvo, la sonrisa desapareciendo por un momento.

—¿Mejorar? —repitió, como si la palabra le resultara extraña—. ¿Crees que eso importa?

—Sí, importa —respondió ella, y en ese momento, decidió tomar un riesgo—. Si realmente quieres mejorar, deberías dejar de lado esa actitud.

Por un momento, el silencio llenó el aire entre ellos. Luego, Tomura dio un paso hacia adelante, su mirada desafiando a Astrid.

—¿Y qué propones?

—Podríamos... trabajar juntos, tal vez. A veces, te veo tener problemas para controlar lo que haces —sugirió, sintiéndose un poco tensa—. Puedo ayudarte con eso.

Tomura la observó, sorprendido por su propuesta. No era como si esperara que ella se ofreciera a ayudarlo.

—¿Y por qué querría tu ayuda? —preguntó, aunque había un destello de curiosidad en su voz.

—Porque... —Astrid dudó, pero se obligó a seguir—. Porque yo también necesito ayuda. A veces siento que no tengo control sobre mis poderes. Si trabajamos juntos, tal vez podamos hacerlo mejor.

Tomura frunció el ceño, evaluando su oferta. La idea de trabajar con ella le desagradaba, pero al mismo tiempo, había algo intrigante en la posibilidad de mejorar.

𝐋𝐚𝐳𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐃𝐞𝐬𝐭𝐫𝐮𝐜𝐜𝐢𝐨𝐧 ᵗᵒᵐᵘʳᵃ ˢʰᶤᵍᵃʳᵃᵏᶤ ˣ ᵒᶜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora