Astrid estaba en la sala de entrenamiento, sudando y jadeando ligeramente tras horas de practicar sus movimientos de combate. Su quirk era poderoso, pero All For One insistía en que no dependiera únicamente de él. Si quería ser fuerte, imparable, tendría que dominar su cuerpo tanto como su mente.
Llevaba semanas practicando la rapidez y precisión de sus golpes, combinando sus movimientos con el uso de su quirk para incrementar la velocidad de los objetos que lanzaba. Ahora podía mover cosas pequeñas con una agilidad sorprendente, casi imperceptible al ojo humano. Aun así, siempre sentía que no era suficiente.
Mientras recuperaba el aliento, un eco familiar resonó en la habitación. La presencia de All For One siempre se hacía notar antes de que él siquiera hablara.
—Astrid —dijo con una voz profunda y controlada—. Veo que has estado trabajando duro.
Ella se enderezó de inmediato al escuchar su voz, girándose para verlo. El hombre que la había criado desde que era una niña, el que había reemplazado a sus padres, se acercaba con pasos calmados. Sus palabras siempre eran medidas, llenas de intenciones que ella a veces no lograba descifrar del todo.
—Sí, he estado practicando —respondió, intentando ocultar el agotamiento en su voz.
All For One se detuvo a unos metros de ella, observándola con una leve sonrisa, como un padre orgulloso. Pero, como siempre, Astrid sabía que había algo más detrás de esa mirada.
—Tu rapidez ha mejorado considerablemente —comentó mientras observaba una serie de pesas que levitaban en el aire gracias a su quirk—. Has aprendido a combinar tu fuerza física con tus habilidades mentales, algo que muy pocos logran. Y tu flexibilidad también ha avanzado mucho desde la última vez que te observé entrenar.
Astrid asintió, sabiendo que las palabras de All For One eran un reconocimiento. Pero también sabía que nunca eran simples elogios; siempre había una intención, una expectativa detrás de ellas.
—Gracias —respondió con calma, sintiendo una mezcla de orgullo y tensión—. He estado trabajando en mejorar mi velocidad y precisión, como me dijiste.
All For One se acercó aún más, deteniéndose a su lado mientras miraba el área de entrenamiento. Su tono seguía siendo suave, casi paternal, pero con la misma nota manipuladora que siempre impregnaba sus palabras.
—Eres fuerte, Astrid. Mucho más de lo que crees. Pero quiero que recuerdes que la verdadera fuerza no viene solo de tus habilidades. Viene de tu voluntad, de tu capacidad para superar tus debilidades. —Sus ojos oscuros se posaron sobre ella, intensos y calculadores—. Y estás haciendo un excelente trabajo en ese aspecto.
Astrid tragó saliva, sintiendo el peso de sus palabras. Por un lado, sabía que estaba siendo elogiada, que su entrenamiento y su esfuerzo no habían sido en vano. Pero también entendía que All For One siempre esperaba más, siempre presionaba para que fuera mejor, más fuerte, más letal. La presión que él ejercía sobre ella era constante, y aunque le había dado un propósito después de la tragedia que había vivido, a veces sentía el peso abrumador de sus expectativas.
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𝐋𝐚𝐳𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐃𝐞𝐬𝐭𝐫𝐮𝐜𝐜𝐢𝐨𝐧 ᵗᵒᵐᵘʳᵃ ˢʰᶤᵍᵃʳᵃᵏᶤ ˣ ᵒᶜ
FanfictionDe pequeños se odiaban, pero de adultos se tienen ganas..