Astrid caminaba por el pasillo de la base, usando una falda negra que se movía suavemente con cada paso. Hacía calor, y había decidido usar algo más ligero, aunque no había pensado demasiado en las reacciones que podría provocar. Mientras pasaba frente a Shigaraki, que estaba sentado en el sofá con los brazos cruzados, sintió su mirada fija en ella. Aunque intentaba parecer desinteresado, sus ojos no podían evitar seguir cada movimiento de la tela de su falda y la forma en que sus piernas quedaban al descubierto.
Shigaraki apretó los labios, tratando de disimular, pero era evidente que no podía apartar la vista. Algo en él se agitaba, una mezcla de curiosidad y atracción que lo incomodaba, pero que a la vez lo impulsaba a acercarse. Se levantó del sofá lentamente, acercándose a ella con pasos silenciosos, hasta que, de repente, la rodeó por la cintura con un brazo, tirando de ella hacia él con suavidad.
Astrid se sorprendió, su cuerpo quedando pegado al de él mientras sentía su respiración en la nuca. —¿Qué haces, Shigaraki? —preguntó, su tono desafiante, aunque había una parte de ella que no se apartaba de su agarre.
—No puedo evitarlo... —susurró él, sus dedos apretando un poco más su cintura. Su otra mano se deslizó hacia su espalda baja, jugando con la tela de la falda. Sus ojos estaban fijos en ella, pero no era una mirada de simple curiosidad, sino de deseo contenido. Se inclinó, sus labios cerca de su oreja, y continuó en un tono más bajo—. Esa falda… está distrayéndome.
Astrid sintió su piel erizarse, pero intentó mantener la compostura, aunque sus mejillas comenzaron a calentarse ante el descaro de Shigaraki. Giró su rostro apenas, lo suficiente como para encontrarse con sus ojos. —¿Distrayéndote? —preguntó con una sonrisa torcida, intentando no dejarse llevar por el calor del momento.
Shigaraki asintió, su sonrisa ladeada apenas perceptible. —Es difícil concentrarse cuando caminas así frente a mí. —Su mano en su cintura subió lentamente, acariciando su costado con una suavidad que contrastaba con su habitual rudeza.
Astrid apretó los labios, sintiendo cómo sus palabras la afectaban más de lo que quería admitir. Pero en lugar de retroceder, decidió enfrentarlo, levantando una mano para acariciar el cuello de Shigaraki, atrayéndolo más hacia ella. —Tienes una manera extraña de concentrarte —murmuró, provocadora.
Shigaraki dejó escapar una risa baja, su frente ahora casi tocando la de ella. —¿Y qué vas a hacer al respecto? —preguntó, sin soltarla ni un segundo, sus manos firmes en su cintura, sosteniéndola como si no tuviera intención de dejarla ir.
La tensión entre ambos crecía, los cuerpos tan cerca que el aire entre ellos parecía electrificado. Astrid lo miró directamente a los ojos, su corazón acelerado, pero sin ninguna intención de apartarse. —Tal vez —murmuró— no necesito hacer nada. Parece que tú eres el que no puede resistirse.
Shigaraki se inclinó aún más, rozando sus labios con los de ella apenas un segundo, como si quisiera probar el terreno, esperando alguna reacción. —Tal vez tengas razón… —murmuró, su voz apenas un susurro contra sus labios, dejando claro que no estaba dispuesto a ceder tan fácilmente.
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𝐋𝐚𝐳𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐃𝐞𝐬𝐭𝐫𝐮𝐜𝐜𝐢𝐨𝐧 ᵗᵒᵐᵘʳᵃ ˢʰᶤᵍᵃʳᵃᵏᶤ ˣ ᵒᶜ
FanfictionDe pequeños se odiaban, pero de adultos se tienen ganas..