La Liga de Villanos se había convertido en algo mucho más que una simple organización de marginados. Con Shigaraki liderando, ahora con 18 años y una visión más clara de su propósito, las cosas estaban cambiando rápidamente. Astrid, con 17 años, había sido testigo de cómo, poco a poco, sus acciones empezaban a atraer la atención de los héroes, la policía y los medios de comunicación.
El nombre de la Liga resonaba en todas partes. Los reporteros se lanzaban a cubrir cualquier incidente en el que estuvieran involucrados, y los héroes ahora veían a Shigaraki y su grupo como una amenaza seria. Era imposible ignorarlos.
Astrid caminaba por la base, observando las pantallas que mostraban las últimas noticias. En cada una de ellas, el nombre de Shigaraki aparecía repetidamente, acompañado de imágenes de las recientes misiones que habían llevado a cabo.
—Están empezando a prestarnos atención —comentó Dabi, apoyado contra una pared, observando a Astrid mientras ella se detenía frente a las pantallas—. Se nota que estamos haciendo las cosas bien.
Astrid cruzó los brazos, sintiendo una mezcla de orgullo y ansiedad. Sabía que cuanto más poder adquirían, más peligroso se volvía todo, pero también era lo que habían buscado desde el principio. Querían ser tomados en serio.
—Sí, pero eso también significa que vendrán por nosotros con todo —respondió ella, sin apartar la vista de las noticias.
—Que lo intenten —dijo Dabi, encogiéndose de hombros. Una sonrisa arrogante se formó en su rostro—. Al final, no podrán detenernos.
Shigaraki apareció detrás de ellos, su mirada fija en la pantalla, pero su atención completamente en Astrid. A pesar de la creciente tensión con los héroes, algo en la forma en que ella interactuaba con Dabi siempre lo ponía nervioso, aunque intentaba ocultarlo.
—¿Disfrutando de nuestra fama? —preguntó con un tono sarcástico, dirigiéndose tanto a Astrid como a Dabi. Caminó hacia ellos, deteniéndose justo al lado de Astrid, y colocó una mano en su cintura de manera posesiva.
Astrid lo miró de reojo y sintió cómo su corazón latía más rápido. Había algo en la manera en que Shigaraki la tocaba, en cómo la protegía, que siempre la hacía sentir segura, pero también atrapada en esa intensidad que compartían.
—No es que nos guste estar en el centro de atención, pero parece inevitable ahora —respondió Astrid, sonriendo ligeramente mientras se recostaba un poco en él.
—Los héroes vendrán por nosotros tarde o temprano —agregó Dabi, su tono despreocupado, pero con una chispa de desafío en sus ojos.
Shigaraki soltó un bufido y apretó un poco más su agarre en la cintura de Astrid, haciendo que ella lo notara inmediatamente. Había pasado mucho tiempo desde que su relación con ella había dejado de ser meramente profesional. Ahora, cada mirada, cada toque entre ellos llevaba algo más, una conexión más profunda que ninguno de los dos podía negar.
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𝐋𝐚𝐳𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐃𝐞𝐬𝐭𝐫𝐮𝐜𝐜𝐢𝐨𝐧 ᵗᵒᵐᵘʳᵃ ˢʰᶤᵍᵃʳᵃᵏᶤ ˣ ᵒᶜ
FanfictionDe pequeños se odiaban, pero de adultos se tienen ganas..