ES COMPLICADO

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Te despertaste sintiendo una mezcla de ansiedad, cansancio... y resaca. El recuerdo de la noche anterior seguía fresco en tu mente, y aunque habías hecho las paces con Rus justo después de la discusión, no todo estaba bien. Habiais dormido juntas pero no había la química de siempre, estabais cada una mirando hacia un lado, no os habiais abrazado en toda la noche... y se notaba. Te levantaste con cuidado, ella estaba profundamente dormida, se iba a despertar con una resaca terrible.

Decidiste ir a prepararte un café. Mientras esperabas a que la cafetera terminase su trabajo, miraste por la ventana, viendo a cientos de personas caminar por las calles de la ciudad. Te encantaba Madrid. Hubieras aceptado irte a vivir allí con Ruslana en cualquier momento, pero ya no lo tenías tan claro. Sabías que ibas a acabar viviendo allí, pero ya no sabías si lo ibas a hacer al laso de la única persona con la que querías.

Tiraste la cápsula de café y viste que Rus había tirado dos paquetes de tabaco y cuatro botellas de vodka. Todo estaba lleno, sin empezar. Lo hizo después de la discusión? No estabas segura, pero de cualquier manera, te impactó. Fuiste a despertarla intentando dejar esos pensamientos a un lado. Te sentaste en el borde de la cama, en otras ocasiones la despertarías con un beso, pero esta vez simplemente la llamaste y le acariciaste la espalda para hacerlo
- Rus... - no se enteró, repetiste más fuerte - Rus, despierta - abrió los ojos poco a poco
- Qué hora es? - se frotó los ojos
- Tarde - trataste de sonreír pero la expresión se su rostro no te correspondió - tenemos que ir a ver el piso, lo recuerdas, no?

Tomasteis un desayuno rápido después de prepararos, pero sentías la comida insípida. Tratasteis de hablar de temas triviales pero el ambiente era denso y dificultaba la conversación. Cada vez que cruzabais miradas os acordabais de la discusión. El viaje hasta el piso fue tenso. A pesar de que la situación había mejorado desde la noche anterior. Ninguna de las dos erais capaces de mencionar el tema, era obvio que tratabais de evitarlo, pero decidiste dar el paso, era evidente que teníais que hablarlo sin llevar dos botellas de alcohol en el cuerpo cada una
- Rus - hizo un gesto para que vieras que te escuchaba - he pensado en lo de anoche y
- No hablemos de eso ahora - te interrumpió y sus manos volvieron a temblar ligeramente sobre el volante, mientras lo apretaba más fuerte
- Lo entiendo pero - intentaste seguir pero no pudiste
- Lo sé, pero ahora vamos a pensar en el piso, por favor - su tono no era agresivo, pero había una frustración palpable

Decidiste no presionarla. Estaba lidiando con mcuhas cosas a la vez, pero aunque tratabas de comprenderla siempre, habia veces que la presión también se apoderaba de ti. Sentías impotencia al notar cómo Rus se alejaba cada vez que las cosas se torcían, por su mentalidad de "yo puedo sola". Lo entendías pero te dolía.

Llegasteis al piso y el agente inmobiliario os lo enseñó amablemente. Era un dúplex precioso súper moderno desde el que se veía todo Madrid. Habia una cocina americana, una televisión enorme, tres baños, una terraza gigante... era tu casa soñada definitivamente. Rus te cogió de la mano al entrar en la que sería vuestra habitación, y tú la acariciaste con tu pulgar. Viste como una pequeña sonrisa se formaba en su cara cuando hiciste eso.

El piso os gustó mucho a las dos, pero de momento no queriais tomar una decisión fija por vuestra situación en ese momento. Rus no iba a estar en Madrid por la gira, acababais de discutir, y tú no podías sola con el alquiler. El agente dijo que sin problema, podía esperaros unos meses más si hacía falta. Le agradecisteis la comprensión y volvisteis a casa de Rus.
- Te gusta el piso? - preguntaste, simplemente por hablar de algo
- Sí, me gusta mucho - su indiferencia te dio una pequeña punzada en el pecho

De nuevo, decidiste no presionarla. Decidisteis hacer las llamadas que teniais pendientes cada una; tú con Jaime, y Rus con su equipo para la gira. Fuisteis una a puntos distintos de la casa, saliste a la terraza y ella se quedó en la habitación. El aire fresco te relajó un poco, pero la ansiedad volvió cuando marcaste el número
- Hola tn - Jaime contestó rápido - qué tal?
- Podría estar mejor... quería hablar sobre el rechazo del album - tratabas de sonar segura pero tu voz temblaba - he pensado en un cambio de discográfica
- Entiendo. A veces es mejor dar un paso atrás y replantear las cosas, pero te aviso de que no es algo sencillo de hacer, hay mucho papeleo de por medio
- Lo sé pero necesito que valoren mi trabajo, necesito que crean en mí - esas palabras sonaron más emotivas de lo esperado

Mientras hablabais sobre el contrato, te distraían los gritos que venían de la otra línea. Sabías que era Rus hablando con su equipo, y aunque no podías escuchar sus palabras, podías percibir la tensión en su voz. Sus frases eran cortas y rápidas, y eso solo aumentó tu preocupación.
- Estás bien? - Jaime preguntó, notando tu desconcentración.
- Sí, solo... es complicado - dijiste, sintiendo que las lágrimas amenazaban con asomarse. La presión de todo lo que estaba pasando te hacía sentir como si estuvieras a punto de romperte.

Colgaste la llamada con Jaime, sintiendo que las cosas estaban más enredadas que antes. Te dirigiste hacia donde estaba Rus, quien terminaba su llamada. Su expresión era dura, y cuando te vio, intentó forzar una sonrisa que no llegó a los ojos.
- Todo bien? - le preguntaste, pero ella solo se encogió de hombros, como si no tuviera la energía para responder.
- Lo de siempre. Preparativos para la gira y todo eso. No sé cómo voy a manejarlo - confesó, pasando una mano por su cabello, claramente frustrada.
- Sabes que estoy aquí para ayudarte, ¿verdad?- dijiste, tratando de ser reconfortante, pero notaste que tus palabras caían en oídos sordos
- Sí, pero a veces siento que es demasiado. Quiero que todo sea perfecto, y no sé si puedo - respondió, bajando la mirada hacia el suelo

En ese momento, comprendiste que, a pesar de estar juntas, había una distancia creciente entre ambas. Cada vez que hablabais sobre vuestros desafíos, parecía que en vez de uniros os estabais separando más. Había una tensión que no podías ignorar, un rastro de dudas que amenazaba con desbordarse.

A medida que avanzaba el día, continuabais con vuestras tareas, pero la tensión seguía en el aire, como una nube oscura que no podía disiparse. El silencio se hacía cada vez más incómodo, y te encontraste pensando en lo que podría suceder si las cosas no cambiaban pronto.

Antes de dormir, te miraste en el espejo, sintiendo que lo que había sido una relación fuerte estaba tambaleándose en un hilo. Con el corazón pesado, te diste cuenta de que la próxima semana podría traer cambios irreversibles. La idea de perder a Rus te aterraba, pero, al mismo tiempo, la sensación de que ambas necesitaban un espacio para crecer te hacía cuestionar si tal vez era lo mejor. Esa noche, te acurrucaste en la cama, sintiendo la soledad a tu alrededor, y te preguntaste si realmente había un camino de regreso a la intimidad que solíais tener.

En la oscuridad, mientras la ciudad continuaba su bullicio más allá de las paredes de la casa, te prometiste a ti misma que harías lo que fuera necesario para proteger lo que tenías con Rus. Pero, al mismo tiempo, no podías evitar sentir que la tormenta que se avecinaba era inevitable. La viste durmiendo a tu lado y sabías que querías volver a besarla, a abrazarla, a ser felices de nuevo juntas. Pero sabías que la vida a veces te lleva por caminos inesperados, y lo que una vez fue un amor seguro ahora se sentía como un delicado equilibrio en el borde de un precipicio.

RUSLANA Y TN OT2023 | EL DÚO PERFECTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora