TE VI HOY

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Los últimos seis meses habían sido un torbellino de emociones para Rus también. Terminó la gira, agotada tanto física como emocionalmente, pero el éxito de los conciertos no lograba llenar el vacío que sentía. Intentó volver a la rutina, distraerse con el trabajo, salir con otras personas. Pero cada una de esas relaciones fue un fracaso, casi desde el principio. Cada vez que estaba con alguien más, tu imagen la asaltaba, sin avisar. Nadie lograba hacer que te olvidara. Todo se sentía vacío, superficial

Cuando Kiki le propuso asistir al evento, Rus se negó en un principio. Era pop, ella no hacía eso, no iba a recibir ningún premio esa noche. Pero Kiki insistió. Quería que Rus volviera a sentirse parte de algo, que no se siguiera encerrando en sí misma. Al final, aceptó. Si no fuera por Kiki, nunca habría aparecido esa noche. Así que fue, más por ella que por otra cosa

La velada había sido larga y agotadora. Rus se había mantenido al margen, sin muchas ganas de socializar, con una copa en la mano mientras Kiki charlaba animadamente con conocidos. Lo último que necesitaba era enfrentarse a la posibilidad de verte. Creía estar a salvo, al menos hasta que se chocó contigo de manera imprevista. El golpe fue suave, pero la sorpresa de ver tu rostro tan cerca la paralizó por un segundo. Te miró y, por un instante, todo lo que había intentado evitar cayó sobre ella. Lo primero que sintió fue un latigazo de dolor, y luego el vacío. Ver tus ojos, después de tanto tiempo, la hizo recordar todo lo que había intentado olvidar. Pero lo peor llegó cuando notó la presencia de otra persona a tu lado. Nadia. La chica pelirroja, con una chaqueta de cuero que le resultaba demasiado familiar, agarraba tu mano con una naturalidad que le rompió el corazón. El parecido físico entre Nadia y ella era innegable, y la ironía no pasó desapercibida

El dolor le golpeó de lleno, como si todo lo que había estado conteniendo durante meses se liberara en un instante. Sintió un calor extraño en el pecho, una mezcla de rabia, tristeza y desesperación. No podía soportar veros juntas. No de esa manera. Le costaba asimilarlo. Y entonces, como si el universo quisiera asegurarse de que comprendiera el golpe, escuchó tu voz
- Nada, vamos - dijiste con la voz algo apagada, pero firme, mientras Nadia te cogía de la mano para dirigirte hacia el baño

Rus observó cómo tú intentabas moverte, pero parecía como si tus pies se hubieran clavado en el suelo por un segundo. Sus ojos se cruzaron con los tuyos, y aunque no hubo palabras, lo vio todo en tu mirada. El desconcierto, la confusión, el remordimiento oculto. Pero sobre todo, vio lo que más temía: que el tiempo no había borrado nada. Que seguía habiendo algo que aún compartíais, aunque ahora pareciera roto y enterrado. La mano de Nadia apretando la tuya le hizo apretar los puños. Fue incapaz de procesar todo lo que sentía en ese momento, y esa incapacidad la consumió. De pronto, lo que le invadió fue una necesidad urgente de escapar. No podía soportarlo

Sin decir nada, Rus se apartó bruscamente. Su respiración se aceleró mientras caminaba rápido, casi huyendo, intentando dejar atrás lo que acababa de ver. A lo lejos, Kiki la vio cruzar el salón, claramente alterada, y decidió seguirla. Rus salió al exterior del edificio, al aire frío de la noche, intentando calmarse. Kiki la encontró apoyada contra una pared, con la mirada perdida y el corazón desbocado
- Rusli qué ha pasado? – le preguntó preocupada, sin haber visto la escena pero intuyendo que algo andaba mal

Rus no respondió inmediatamente. Todo lo que sentía era un torbellino. Quería gritar, quería llorar, pero nada de eso saldría en ese momento. Solo alcanzó a decir en un susurro, con la voz rota
- No puedo hacerlo, Kiki. No puedo verla con... ella.

Kiki la miró con compasión, sin saber exactamente qué decir
- Vamos a casa, no tienes que quedarte más tiempo - le dijo Kiki suavemente

Rus asintió en silencio, sus ojos fijos en algún punto en la distancia, intentando procesar el hecho de que te había visto con otra persona. Sin embargo, lo que más la atormentaba no era esa imagen en sí. Era el saber que, a pesar de todo lo que había pasado, todavía te amaba

Al llegar a su apartamento, Rus apenas se despidió de Kiki antes de encerrarse en su habitación. Sus pensamientos estaban desordenados, su mente una maraña de emociones que no podía controlar. Cómo habías podido pasar página? Se dejó caer en la cama, cerró los ojos, intentando calmar su respiración, pero la imagen de ti y Nadia juntas no dejaba de repetirse en su mente. Te veía sonriendo, viéndola a ella, y todo lo que había reprimido durante meses salió a la superficie con una fuerza devastadora

Con las manos temblorosas, cogió su teléfono. Abrió tu chat, el mismo que no había tocado en meses. El dedo de Rus se quedó flotando sobre la pantalla por un segundo, dudando. No debería enviarte nada. No debía abrir esa puerta. Pero estaba tan rota, tan consumida por lo que sentía, que no pudo evitarlo. Con el corazón palpitando violentamente, comenzó a escribir.

"No puedo más."

Borró el mensaje. Volvió a escribir.

"No puedo verte con ella. No soporto esto."

Lo borró otra vez. Todo lo que salía de sus dedos parecía tan desesperado, tan patético. Quería que supieras cómo se sentía, que sintieras lo mismo que ella estaba sintiendo en ese momento. Finalmente, escribió:

"Sé que no debería decir esto, pero no puedo evitarlo. Te vi hoy. Y me destruyó. No puedo fingir que estoy bien cuando no lo estoy. No puedo olvidarte."

Miró el mensaje durante lo que le parecieron horas. Su dedo temblaba sobre el botón de enviar. Sabía que ese mensaje lo cambiaba todo, que estaba abriendo una herida que quizás nunca cerraría. Pero el dolor que sentía era tan abrumador que, en ese momento, no le importaba. Necesitaba que supieras que, a pesar de todo, seguías siendo la única persona que le importaba

Con un último suspiro, finalmente lo envió.

Rus dejó el teléfono a un lado y cerró los ojos, sintiendo cómo las lágrimas finalmente comenzaban a caer. Sabía que había hecho algo irreversible, pero, por primera vez en meses, al menos había dejado salir lo que llevaba tanto tiempo guardando.

Tú te marchaste poco después del evento, tu canción había recibido un par de premios, pero estabas tan absorta en tus pensamientos que no los valoraste lo suficiente. Llegaste al hotel, el evento había sido en Madrid. La última vez que estuviste allí te habías quedado en casa de Rus
- Bueno amor - Nadia te cogió de la cintura y te atrajo hacia ella - ahora qué? - te dio un beso lento y trató de empezar a quitarte el vestido
- Ahora no, Nadia - te apartaste suavemente y viste la frustración en su cara
- Tn, qué te pasa? - preguntó Nadia, cruzando los brazos con evidente irritación - llevas rara toda la noche, y no creo que sea por los premios

No sabías qué decirle. Sabías que ella se refería a Rus, lo habías notado desde el momento en que os cruzasteis, cómo cambió su tono y su forma de mirarte. Intentaste negar con la cabeza, evitando un conflicto mayor.
- Nadia, no es el momento... - contestaste, tratando de sonar calmada, pero tu voz temblaba inevitablemente - no es lo que tú piensas. Estoy cansada, eso es todo
- No es lo que yo pienso?— replicó, su tono se tornaba más agresivo - también la vi, Tn. Y vi cómo te quedaste después de verla. Estabas en otro mundo

Sabías que tenía razón, pero no estabas lista para enfrentarlo. No hoy. No después de que todos esos recuerdos que habías intentado enterrar durante meses volvieran a la superficie con tanta intensidad
- Nadia, por favor - susurraste, sintiéndote derrotada - no quiero hablar de esto ahora. En serio.

Ella te miró durante un largo momento, con los ojos llenos de frustración y quizás un poco de dolor. Pero finalmente, soltó un suspiro resignado.
- Está bien. Hablamos mañana.

Sin decir más, se dirigió a la habitación, cerrando la puerta tras de sí. Te desplomaste en el sofá, respirando hondo, intentando calmar el torbellino de emociones que llevabas dentro. Entonces, tu teléfono vibró. Lo sacaste, esperando ver algún mensaje trivial, tal vez de Vio o de alguien del evento. Pero no fue eso lo que viste. Era un mensaje de Rus.

"Sé que no debería decir esto, pero no puedo evitarlo. Te vi hoy. Y me destruyó. No puedo fingir que estoy bien cuando no lo estoy. No puedo olvidarte."

El corazón te dio un vuelco. Leíste el mensaje una y otra vez, tratando de asimilar lo que acababas de leer. Las palabras de Rus te golpearon con la misma fuerza que lo había hecho verla en persona esa noche. No sabías qué hacer. Todo lo que habías intentado dejar atrás estaba volviendo de golpe, más fuerte que nunca. Te quedaste con el móvil en la mano, incapaz de escribir una respuesta. No sabías qué decir, no sabías cómo sentirte. Solo te quedaste ahí, sentada, con las emociones a flor de piel, mientras el mensaje de Rus resonaba en tu cabeza

RUSLANA Y TN OT2023 | EL DÚO PERFECTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora