RUSLANA Y TN OT2023 | EL DÚO PERFECTO

UN RESPIRO

En esos días posteriores a la conversación en la cocina, la relación con Rus se tornó un ir y venir de discusiones constantes, casi siempre por cosas pequeñas que en otro momento habrías ignorado. Parecía que cualquier interacción con alguien más se convertía en un pretexto para cuestionamientos y malentendidos, y aunque intentabas calmarla, nada lograba realmente hacerla entrar en razón. Recientemente habías estado reuniéndote con tu equipo para la promoción de un nuevo tema, un adelanto para el disco que sacarías meses después

Una tarde, mientras regresabas de un ensayo, Rus te abordó nada más entrar a casa.

- Quién era ese chico con el que estabas hablando afuera? - preguntó, cruzando los brazos

- Qué chico? El técnico de sonido? - contestaste con desconcierto, intentando recordar la breve charla que tuviste con él - Solo estábamos hablando del concierto, Rus. Es parte del equipo.

Pero ella no parecía dispuesta a dejarlo pasar.
- Y era necesario que te rieras tanto? Porque desde aquí parecía otra cosa.

Te quedaste en silencio, tratando de encontrar una manera de que comprendiera lo absurdo de sus celos sin herirla.
- Rus, no puedo dejar de hablar con la gente ni de ser amable por tus celos - dijiste al final, con voz calmada - No es nada, en serio.

Rus soltó un suspiro de frustración, desviando la mirada
- Es que siento que a veces olvidas que estamos juntas. No me gusta sentirme así - respondió, pero su tono no contenía más que resentimiento y un cansancio que te empezaba a afectar.

Otra discusión similar ocurrió cuando subiste una foto de grupo en el estudio, donde estabas riéndote al lado de una amiga de hace años. Rus te lo mencionó apenas la vio.
- No podrías evitar ponerte tan cerca de ella? - te dijo, sin molestarse en disimular la molestia - No me hace sentir bien que parezca que eres tan cercana con cualquiera.

Intentaste explicarle que era solo una foto, una captura de un momento compartido con amigos, pero ella simplemente se cruzó de brazos, manteniendo su expresión seria.
- Lo sé, pero no me gusta - sentenció - Quiero sentir que soy yo la que ocupa ese lugar contigo, entiendes?

Y, aunque intentaste calmarla, aquella discusión se extendió por más tiempo de lo que debería, dejándote emocionalmente agotada.

Finalmente, llegó un punto en el que sentiste que debías buscar apoyo. Decidiste llamar a Violeta y quedar con ella, con la esperanza de obtener un poco de claridad en medio de aquella tormenta de celos y resentimientos que te tenía agotada

Violeta ya estaba sentada, con su café en la mano, cuando entraste a la cafetería. Te recibió con una sonrisa que irradiaba calidez y, por un instante, sentiste cómo toda la tensión acumulada se diluía un poco. Necesitabas este momento. Alguien que te escuchara sin juzgar, que te conociera lo suficiente para entender lo que ni siquiera sabías cómo expresar.

- Al fin! Pensé que te habías perdido - dijo Violeta en tono de broma, alcanzándote el café que ya había pedido para ti

Te sentaste frente a ella, suspirando mientras envolvías la taza caliente con ambas manos. No necesitó más que verte a los ojos para saber que algo te rondaba la cabeza. Esa capacidad suya para leer entre líneas era parte de lo que hacía que siempre te sintieras comprendida a su lado.

- Y bien? - preguntó, inclinándose un poco hacia adelante, preparada para escuchar - Qué ha pasado?

- No estoy bien con Rus - dijiste finalmente, bajando la mirada - Han sido días difíciles, y... no sé. Últimamente, la noto... cómo decirlo? Muy celosa, más de lo habitual. A veces hasta un poco controladora

Violeta arqueó una ceja, sin apartar la mirada de ti. Su silencio era su forma de darte espacio para abrirte, sin juzgar ni apresurarte.

- Celosa de alguien en particular o... celos en general? - preguntó finalmente, con ese tono cuidadoso que siempre empleaba contigo cuando sabía que estabas pasando por un momento complicado.

- Creo que es algo en general, pero... bueno, lo de ayer fue porque alguien se acercó a hablarme, y eso desencadenó todo. Intenté decirle que no tenía por qué preocuparse, que estoy con ella y nadie más, como cada vez que se raya por algo parecido. Pero, en fin, no parece ser suficiente para tranquilizarla - respondiste, sintiendo cómo cada palabra removía un poco de la frustración que habías intentado reprimir

Violeta te observó en silencio, pensativa, y tras unos segundos, habló con su característico toque de sinceridad.

- Sabes, Tn, creo que el problema no es que no confíe en ti... Es que, quizá, no confía en sí misma cuando se trata de estar contigo - dijo, mirándote con una mezcla de comprensión y empatía - Tal vez siente que no es suficiente para ti.

Aquello te golpeó. Te mordiste el labio, reflexionando sobre sus palabras. Nunca habías pensado en eso, en cómo Rus podía estar enfrentándose a sus propias inseguridades, como si estuviera en una competencia que nadie más veía, solo ella.

- Quizás tienes razón - murmuraste, sintiendo cómo todo encajaba un poco mejor en tu mente - Es como si, a veces, ella misma no supiera por qué estoy con ella. Y yo tengo muy claro que la quiero pero no sé qué más hacer para que lo sepa

Violeta asintió, manteniendo la mirada en ti. Sus ojos reflejaban una comprensión que solo alguien que había experimentado algo similar podía tener.
- Tómate tu tiempo, dale su espacio, pero no dejes de decirle lo que sientes. A veces, esas palabras significan más de lo que imaginamos - te aconsejó con suavidad. Luego, hizo una pausa, y un brillo diferente asomó en sus ojos - De hecho... hablando de emociones y de decir lo que sentimos... tengo una noticia que darte.

Curiosa, levantaste la mirada y notaste una expresión casi traviesa en su rostro. Entonces, como si no pudiera contener la alegría, Violeta soltó la noticia.

- Bueno, no sé si esto ayudará, pero quería contarte algo... - sus ojos brillaban - Kiki y yo hemos vuelto, hace unas dos semanas

La sorpresa en tu rostro fue evidente, y enseguida la alegría tomó el control.
- En serio? - preguntaste, sin poder contener una sonrisa - Vio, eso es increíble! Cómo ha sido?

Ella rió un poco y se acomodó en su asiento, tomándose un momento para ordenar sus pensamientos antes de responder.
- Fue algo inesperado, la verdad. Pasamos por tantas cosas... y al final, creo que ambas entendimos que valía la pena intentar sanar juntas - explicó con sinceridad - Y, bueno, me di cuenta de que una relación no puede funcionar si uno de los dos lleva siempre el peso de todo.

Su mirada se posó en la tuya con una expresión de comprensión, y aunque no lo dijera en voz alta, sabías que te estaba aconsejando

- Lo que quiero decir es... que Kiki y yo entendimos que a veces necesitamos dar espacio para sanar cada una por su cuenta. No todo depende de ti, Tn. Y si Rus necesita tiempo para resolver sus inseguridades, tal vez sea algo que tengas que plantearle.

Escuchar aquello te hizo reflexionar. Quizá, todo este tiempo habías estado buscando formas de acomodarte a lo que ella necesitaba sin darte cuenta de que tú también tenías tus límites.

- Tienes razón - murmuraste, sintiendote un poco mejor - Quizá le he dado demasiada importancia a sus sentimientos y he olvidado los míos

Violeta te dio una sonrisa de aliento, apretando tu mano en señal de apoyo.

- Estás haciéndolo lo mejor que puedes, Tn. Pero recuerda que también mereces sentirte en paz.
- Ya... necesito descansar Vio, pero no sé qué hacer
- Y si vuelves a Zaragoza unos días? A lo mejor la convivencia os está atando demasiado. Es normal, sois muy jovenes, daros un respiro

Te pareció una buena idea, pero no sabías si a Rus le iba a convencer tanto como a ti. Si sentía inseguridades viendote todo el día, qué haría sin tenerte al lado? De cualquier manera, lo necesitabas, así que hablarías con ella al día siguiente de manera calmada