FELIZ CUMPLEAÑOS

183 18 1
                                    

Habían pasado semanas desde el final de la gira. Los días se habían llenado de reencuentros con amistades, trabajo y pequeñas rutinas que ambas echaban de menos. Ahora estabais en Madrid, en el apartamento de Ruslana, y ese 10 de septiembre, el día de vuestros cumpleaños, todo se sentía aún más especial. Que ambas nacieseis el mismo día del mismo año era una casualidad tan graciosa como bonita. Pensar que ese día cumplíais 20 años y que os habiais conocido con apenas 18 recién cumplidos era increíble

Desde la mañana, habías recibido llamadas y mensajes de amigos y familia. Violeta, puntual como siempre, fue la primera en llamarte apenas marcó la medianoche, prometiendo "celebrarlo a lo grande" cuando os vierais. Pero el plan para ese día era sencillo: un día para ti y para Rus, sin prisas, solo para vosotras

La primera sorpresa llegó al despertar. Al abrir los ojos, viste un desayuno preparado en una bandeja al lado de la cama. Rus, con una sonrisa traviesa, estaba a tu lado, observando tu reacción

- Feliz cumpleaños! - dijo entusiasmada, acercándose para besarte en la mejilla

Te fijaste en la bandeja, sonriendo divertida. Había un pequeño pastel con una vela y una nota que decía: "Para mi persona favorita en el mundo. Hoy celebramos que estamos aquí, juntas, y que todo lo demás puede esperar".
- Eres increíble - murmuraste, sintiendo una mezcla de emoción y gratitud - No sabes cuánto significa este día para mí

Desayunasteis juntas, recordando momentos de ese último año lleno de cambios, reencuentros y nuevos comienzos. Mientras hablabais, tu teléfono comenzó a sonar, interrumpiendo la conversación. Era un número desconocido, pero, con curiosidad, decidiste responder
- Buenos días, la señorita tn? - preguntó la voz del otro lado
- Sí, soy yo
- Le hablo por un dúplex en el centro que consultaron hace casi un año. Como ha pasado tiempo sin noticias, queríamos saber si sigue interesada en el inmueble, o eliminamos su reserva

Te sorprendiste. Recordabas perfectamente ese dúplex, el mismo que tú y Rus habían mirado un año atrás y que casi alquilasteis. Recordaste la promesa que hicisteis en París de ir a vivir juntas allí. Sin embargo, desde entonces todo había sido incierto. Tu mirada se encontró con la de Rus, que, al escuchar, abrió los ojos con sorpresa y complicidad
- Sí, claro... - respondiste, tratando de controlar la emoción. Miraste a Rus con una sonrisa tímida y le preguntaste en un susurro - y si vamos a verlo de nuevo?
- Quieres? - respondió Rus con una chispa mágica en los ojos - Claro que sí!

Minutos después, ya estabais listas, y con la emoción palpitando, salisteis hacia el centro de Madrid. El camino fue una mezcla de risas, recuerdos y planes que flotaban en el aire. La ciudad estaba llena de vida, y entre la gente, tú y Rus os sentíais como si estuvieran en vuestra pequeña burbuja. Os pararon varios fans de camino al piso, todos os felicitaron por vuestros cumples e incluso os dieron pequeños regalitos, teníais una comunidad muy sólida que os quería mucho

Al llegar al dúplex, el casero os esperaba. Al cruzar la puerta, todo se sintió familiar y nuevo a la vez. La luz que entraba por las ventanas, la terraza con vistas a la ciudad y el espacio amplio y acogedor parecía hecho para vosotras. De nuevo al ver vuestra habitación, Rus te miró, con una mezcla de emoción y certeza.
- Esto es perfecto - dijo, sin dudarlo un solo segundo - Aquí podríamos construir algo juntas, estoy segura

Sentiste un nudo en la garganta, un nudo de los buenos, acompañado por mariposas en el estómago. Había sido un año de cambios, pero, finalmente, sentías que este paso era natural. Tomaste su mano, asintiendo
- Entonces, vamos a por ello?

El casero sonrió al ver vuestra decisión, y antes de salir, firmasteis los papeles necesarias. Estaba hecho. El dúplex era vuestro, y la emoción de empezar una vida juntas, de verdad, llenaba cada rincón.

De regreso al apartamento de Rus, pasasteis el resto del día organizando el traslado, haciendo planes y soñando despiertas. Por la noche, como si el día no pudiera ser más perfecto, decidisteis celebrarlo en el que pronto sería vuestro nuevo hogar. Llevasteis una botella de vino, algunos bocadillos y una manta para sentaros en la gran terraza, bajo el cielo de Madrid.
- Feliz cumpleaños a las dos, Rusli - dijiste, entrelazando tu mano con la suya - este será el primero de muchos en nuestra nueva casa

Ella te sonrió, brindando contigo, y ambas os abrazasteis bajo las estrellas, sabiendo que os esperaban días de verdadera estabilidad y felicidad compartida.

RUSLANA Y TN OT2023 | EL DÚO PERFECTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora