ES PERFECTO

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El tiempo había pasado volando. No podías creer que ya hubiera pasado un año desde aquella noche en Zaragoza, el 21 de junio, cuando tu camino y el de Ruslana se unieron de forma definitiva. En todo ese tiempo, habíais construido juntas algo que, aunque imperfecto, era único y vuestro. Después de reconciliaciones, altibajos y momentos inolvidables, llegar a este día se sentía como un logro, como la prueba de que el amor que compartíais era más fuerte que cualquier obstáculo.

La luz de la mañana se filtraba por las cortinas de vuestra habitación, iluminando suavemente el dúplex que ahora era vuestro hogar. Habíais hecho mucho para convertirlo en un refugio, y cada rincón reflejaba vuestra historia. Era un espacio lleno de recuerdos y detalles, como las fotos enmarcadas de vuestros viajes, los libros que Rus insistía en apilar en cada rincón, o las plantas que tú te empeñabas en cuidar (aunque alguna que otra terminara algo... olvidada).

Te despertaste antes que Ruslana, como solía pasar cuando tenías algo importante en mente. Ella dormía profundamente, su respiración lenta y constante, con el brazo extendido hacia el lado vacío de la cama. La observaste un momento, sonriendo al recordar cómo un año atrás aún te preguntabas si podrías estar con ella sin miedo, si eras capaz de hacerla feliz.

"Y aquí estamos", pensaste, sintiendo una mezcla de emoción y orgullo.

Con cuidado, te levantaste de la cama y te dirigiste a la cocina. Querías preparar algo especial para el desayuno. No eras exactamente una experta en la cocina, pero habías estado practicando. Hiciste tortitas con forma de corazón...bueno, algunas quedaron más redondas que otra cosa, pero lo intentaste; y exprimiste naranjas para el zumo, todo mientras te repetías que no debías quemar nada.

Justo cuando colocabas las tortitas en la mesa, escuchaste pasos arrastrándose por el pasillo. Ruslana apareció, con el pelo revuelto y una mirada aún adormilada. Llevaba una camiseta vieja tuya que le quedaba demasiado grande, y aunque intentaba fingir que no estaba impresionada, la sonrisa en sus labios la delataba.

- Qué está pasando aquí? - preguntó divertida, apoyándose en el marco de la puerta con los brazos cruzados mientras te miraba con su brillo único, ese que guardaba sólo para ti

- Feliz aniversario mi amor! - dijiste, sujetando un plato de tortitas y tratando de no parecer demasiado nerviosa.

Ella se acercó y te abrazó por detrás, apoyando la barbilla en tu hombro.

- Eres increíble, lo sabes, verdad?

- Por preparar un desayuno? No exageres.

- Por todo. - dijo antes de besarte

Se sentó contigo a la mesa, y mientras comíais, compartisteis risas y recuerdos del último año. Había momentos que os hacían reír a carcajadas y otros que os dejaban en un cómodo silencio, recordando lo mucho que habíais crecido juntas.

- Qué raro en ti que te hayas levantado tan pronto para esto, no? - dijo traviesa, y sabías que se imaginaba que tenías un plan

- Es que es un día especial, no crees? - respondiste con una sonrisa tratando de que no se te escapase nada

- Lo sé - dijo ilusionada - qué tienes planeado?

- Es una sorpresa

Ella intentó sacarte más detalles, pero te mantuviste firme, disfrutando de tener el control por una vez, viendo cómo se hartaba de insistir y divirtiéndote con eso

Después del desayuno, Ruslana se empeñó en quedarse a limpiar la cocina, aunque al final terminasteis haciéndolo juntas, riéndoos mientras intentabais no derramar nada.

La tarde transcurrió tranquila. Habíais decidido pasar el día sin mirar los teléfonos, disfrutando únicamente de la compañía de la otra. Salisteis a pasear por el Retiro, un lugar que habíais convertido en vuestro rincón favorito en Madrid. Caminasteis de la mano bajo los árboles, parándoos de vez en cuando para observar a los músicos callejeros o simplemente para sentaros en un banco y hablar.

RUSLANA Y TN OT2023 | EL DÚO PERFECTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora