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Enero, 2021Manhattan

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Enero, 2021
Manhattan

Nicole

El sonido del despertador me arrastró de un sueño sin descanso. Apenas había dormido después de lo que pasó la noche anterior. Ben. Había estado allí, en el concierto, como si nunca hubiera salido de mi vida. Como si el pasado no hubiera sido lo suficientemente pesado, ahora su presencia volvía a ensombrecer todo lo que intentaba construir.

Me sentía como un zombie, caminando por mi apartamento en piloto automático. Cada movimiento era una rutina que mi cuerpo realizaba sin necesidad de pensar. Mi mente estaba demasiado nublada para procesar algo más que la simple tarea de levantarme, vestirme, y salir a correr.

Queen, ya estaba inquieta, corriendo alrededor de mis piernas, ansiosa por salir.

Tomé las llaves de mi casa y me las guardé en el bolsillo, mientras intentaba ignorar la oleada de pensamientos que me bombardeaban desde que vi a Ben.

¿Cómo era posible que un simple encuentro pudiera desmoronarme de esa manera?

El aire frío de la mañana me golpeó cuando salí del edificio, y fue casi como un alivio. Estaba oscuro, apenas el amanecer asomaba en el horizonte, pero eso era lo que necesitaba. Correr antes de que el mundo despertara, antes de que alguien pudiera detenerme. Queen saltaba emocionada a mi lado, lista para comenzar el día.

Comenzamos nuestro trote por el parque, mi respiración controlada al principio, pero pronto cada paso se volvía más pesado, más difícil de mantener. Mi cabeza estaba llena de imágenes y recuerdos que intentaba empujar lejos.

Los días con Ben, los gritos, las disculpas vacías, la sensación de estar atrapada en un ciclo interminable de dolor.

Mientras corría, todo se volvió una especie de niebla. Mis pies golpeaban el pavimento rítmicamente, pero mi mente no podía concentrarse en nada más que el hecho de que, por mucho que lo intentara, el pasado siempre encontraba la forma de alcanzarme.

Y ahora, encima de todo, estaba Lando. Este contrato, esta farsa. Cada día me costaba más mantener la fachada.

Después de un rato, el sonido de mi teléfono me arrancó de mis pensamientos. Me detuve, jadeando, mientras revisaba la notificación.

John: Junta en una hora. No llegues tarde. Tema importante.

Suspiré. No tenía cabeza para más reuniones, pero no tenía opción. Guardé el teléfono y regresé a casa para dejar a Queen y cambiarme.

Mientras caminaba de vuelta, el cansancio se instalaba en mis músculos. No era solo físico; era mental, emocional. Estaba agotada, pero seguía adelante porque eso era lo único que sabía hacer.

Una ducha rápida, ropa cómoda pero profesional, y ya estaba en camino hacia la oficina de John. Mi cerebro funcionaba en piloto automático, repasando mentalmente lo que podría ser el tema "importante" de la reunión. Sabía que tenía que ver con el contrato y cómo seguía la gira, pero el cansancio pesaba más que cualquier preocupación.

London Boy | Lando NorrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora