Capítulo 23

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El día se siente cálido, el sonido suave del viento acaricia las ventanas de su antigua habitación, han pasado tantos años desde que estuvo en Lotus Pier, y se siente tan bien estaar junto a su familia. Unos toques en la puerta hacen que Wei Ying abandone sus pensamientos, unos sirvientes les llevan las bandejas con el almuerzo, cuando dejan las bandejas en la mesa que está en el centro de su habitación, Wei Ying se dirige a sus hijos.

- Vayan a lavarse las manos, ya está el almuerzo.

Los chicos asienten, Wei Ying da otro vistazo a la cama y Lan Zhan continúa sumido en un profundo sueño, ajeno a los ruidos de la casa, no ha tenido el corazón de despertarlo, es mejor que descanse lo más que pueda.

Laan Zhan estaba tenienndo un buen sueño, sin embargo, un aroma penetrante y especiado comenzó a deslizarse por el aire: curry. El olor, fuerte y nauseabundo, lo sacó de su sueño. Se dio cuenta de que su estómago comenzaba a revulsionar. Intenta levantarse, pero el malestar lo invade de inmediato. En un instante, no pude contenerse y, con un gesto involuntario, se inclina hacia un lado de la cama, vomitando en el suelo.

El estruendo del vómito hace que tres pares de ojos se posen en el, los cachorros y Wei Ying se acercan rápidamente hasta Lan Zhan, sus caras dejan en evidencia su preocupación.

-¡Lan Zhan!

Wei Ying exclama, al ver a su omega en esa situación. Se sienta junto a el rápidamente, acariciando la espalda de Lan Zhan, intentando ofrecerle consuelo.

- ¿Qué ha pasado?- La preocupación en su voz era palpable.

Lan Zhan, aún temblando y con la cara pálida, solo pudo señalar hacia la mesa, su expresión entre el horror y la vergüenza.

-Curry... -murmuró débilmente.

Wei Ying frunció el ceño, mientras sus hijos miraban con ojos grandes, tratando de entender la situación.

- A-Yuan, A-Ying, retiren los platos de curry, yo ayudaré a su A-Niang a limpiarse.

Los dos jóvenes asienten y hacen lo pedido rápidamente. Wei Ying se levanta y regresa rápidamente con un trapo húmedo. Se agacha junto a Lan Zhan, quien aún parece un poco atónito por lo sucedido, lo ayuda a sentarse recto y con suavidad, comienza a limpiar la cara de su precioso omega, Lan Zhan puede ver en el rostro de su alfa la preocupación y el cariño.

-No te preocupes, todo estará bien -dice Wei Ying, mientras limpia con cuidado el suelo.

- Mmm

Después de limpiar, Wei Ying ayuda a Lan Zhan a levantarse. Con un brazo firme alrededor de su cintura, lo guia hasta el baño. Una vez allí, lo desviste con cuidado y lo mete a la tina, empieza a lavarlo con suma delicadeza.

- ¿Cómo te sientes? Lo mejor será ir con los médico.

- No, me siento mejorar, de seguro fue algo que comi que me causó daño, pero luego de haber vomitado me siento mucho mejor.

- Bien, si sigues sintiendo algunas molestias debes de avisarme, inmediatamente.

Lavar el cabello de Lan Zhan es algo que Wei Ying ama completamente y que de ahora en adelante tratará de hacerlo más seguido.

- Listo, terminamos- Wei Ying dice - ahora levántate.

Lan Zhan le hace caso, aunque su cuerpo aún es recorrido por algunos temblores, Wei Ying no pasa desapercibido esto.

-Respira hondo -le susurra, sonriendo con suavidad para tranquilizarlo-. Vamos a cambiarte.

Lan Zhan, aún débil, asintie y permite que Wei Ying haga todo el trabajo por el, coloca su ropa interior y un camisón la tela es demasiado suave.

-Te ves mucho mejor así -dice, mientras Lan Zhan se miraba en el espejo

- Creo que debería ponerme mi túnica mejor, tenemos...

- Para nada, este día te quedaras en la habitación y descansaras mucho.

Finalmente, Wei ying lo lleva hasta un pequeño banco que esta cerca de la cama, termina de secar y peiinar el largo cabello, cuando está colocando la cinta en la frente de Lan Zhan, Los pequeños cachorros entran, aún están inquietos, al ver a su madre, se acercaron corriendo.

-¿A-Niang, estás mejor? -pregunta Lan JingYi, con voz dulce.

-Sí, gracias -responde Lan Zhan, mientras le regala una pequeña sonrisa a sus cachorros.

Wei Ying, al ver la expresión serena de Lan Zhan, sonríe satisfecho.

-Tal vez deberíamos evitar el curry por unos cuantos días -sugirie, y los jóvenes rien, aliviados de que todo este bien- Te traeré un poco de gachas de avena.

Lan Zhan solo pudo descansar ese día, ya que al día siguiente retoman su misión, se despiden de sus hijos y retoman su camino, Wei Ying mira con tanta nostalgia cada lugar de lotus pier, así que antes de irse del todo lleva a Lan Zhan a algunos lugares, al pasar por un
pequeño edificio adornado, el alfa se detiene, su expresión parece diferente.

- ¿Qué sucede?

- Nada -Wei Ying niega- sólo quisiera pasar aún lugar antes de irnos.

Lan Zhan sólo asiente y se deja guiar por el alfa.

Llegan a un lugar tranquilo en las profundidades de Lotus Pier, frente a un palacio negro de ocho esquinas. Como si temiera asustar a alguien, Wei Ying abrió suavemente las puertas y entró. Lan Zhan puede reconocer lo que es al instante, es el salón ancestral de la Secta YunmengJiang.

Ambos se arrodillan y Wei Ying le da tres varitas de incienso a Lan Zhan y toma tres el, las encienden con la luz de las velas y las colocan en el trípode de bronce frente a las tabletas. Se postran dos veces enfrente de las tabletas. Wei WuXian mira a Lan WangJi, quien está arrodillado tan bien como siempre a su lado. Junta las manos y pronuncia en su corazón: " Tío Jiang, señora Yu, soy yo otra vez. Estoy aquí para
molestarlos a ustedes dos nuevamente. Pero realmente quería traerlo aquí y mostrárselo. Dejemos que las dos postradas que acabamos de hacer cuenten como postradas hacia los Cielos y la Tierra, y hacia
el Padre y la Madre. Por favor, ayúdame a reservar a la persona a mi lado. Te deberé la última postración por ahora, y encontraré alguna oportunidad de compensarla en el futuro".

Luego de terminar su oración voltea de nuevo hacía Lan Zhan.

- Solía venir mucho aquí.

- ¿Arrodillarse como castigo?

- ¿Cómo lo supiste? Está bien. Madame Yu me castigaba casi todos los días.

- Te conozco bien.

- Para ser honesto, en todos estos años, nunca he visto a una segunda mujer cuyo temperamento fuera tan malo como el de Madame Yu. Ella me dijo que fuera al salón ancestral y que me arrodillara sin importar cuán pequeño fuera el
asunto- ríe.

Rápidamente recuerda que este era el salón ancestral y que la tableta de
Madame Yu estaba justo frente a él. Inmediatamente se disculpa.

- Lo siento, lo siento

Para compensar sus palabras irreflexivas, enciende tres varitas más de incienso. De pronto la atmósfera se siente tensa, como si incluso el viento se detuviera para presenciar el inminente conflicto.

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