Wei Ying quien sostiene la mano de Lan Zhan se da cuenta de que algo no está bien. El rostro de su esposo está más pálido de lo habitual, su respiración es pesada, y aunque su expresión intenta mantenerse firme, sus ojos reflejan algo que pocas veces muestra: miedo.
Lan Zhan aprieta con fuerza la mano de Wei Ying, casi como si tratara de aferrarse a una tabla en medio de una tormenta.
- Wei Ying... esto no debería estar pasando todavía - susurra, su tono apenas audible, pero cargado de angustia. Lleva su otra mano temblorosa hacia su vientre, acariciándolo con cuidado - Solo tiene siete meses. Es muy temprano.
El corazón de Wei Ying se contrae al escuchar esas palabras. Lan Zhan, tiene que enfrentarse a otro problema en tan poco tiempo. Wei Ying siente cómo la ansiedad empieza a invadirlo, pero rápidamente se obliga a mantener la calma. Su esposo y su hijo lo necesitan.
Se arrodilla al lado de Lan Zhan, tomando su rostro con ambas manos para que lo mire directamente a los ojos.
- Lan Zhan, escucha - dice con voz suave pero firme. - Sé que tienes miedo. Yo también lo tengo, pero no podemos dejar que eso nos domine. Nuestro hijo es fuerte, igual que tú. Lucharemos juntos por él.
Los ojos de Lan Zhan brillan con lágrimas no derramadas. Su mandíbula se tensa, pero no puede evitar que su cuerpo tiemble ligeramente.
- Wei Ying... ¿y si no sobrevive? - murmura, su voz casi quebrada. - No es el momento. No está listo.
Wei Ying siente que su corazón se rompe al verlo así, verlo tan vulnerable, con sus ojos llenos de tanto dolor. Se inclina y presiona un beso firme en su frente, con la misma mezcla de ternura y desesperación que late en su pecho.
- No pienses en eso ahora - le dice con un susurro. - Tú estás aquí, yo estoy aquí. Y nuestro hijo... sé que está luchando con todas sus fuerzas. No lo subestimes, Lan Zhan. Lleva tu sangre y mi sangre, después de todo.
Lan Zhan asiente lentamente, sus labios apretados en una fina línea. Wei Ying puede sentir cómo se aferra a sus palabras como un ancla.
En ese momento, la puerta de la habitación se abre de golpe, y Lan Xichen entra apresurado con un médico de la secta Lan. Algunos discípulos lo siguen, cargando mantas limpias, hierbas medicinales y agua caliente. Lan Xichen frunce el ceño al ver la gravedad de la situación, pero no dice nada que pueda aumentar la tensión.
Lan Xichen sale de la habitación, para darle la privacidad que necesitan, deja a unos discípulosjaciendo guardia afuera del Jinshi.
El médico se arrodilla junto a Lan Zhan, examinándolo rápidamente.
- HanGuang-Jun, necesito que respire profundamente y trate de relajarse - dice el médico, aunque su tono tiene un matiz preocupado. - Es un parto prematuro, pero no imposible. Necesitaremos de su cooperación.
Lan Zhan asiente ligeramente, aunque sus ojos vuelven a buscar los de Wei Ying, buscando consuelo. Wei Ying, sin soltar su mano, se inclina hacia él y murmura:
- Lan Zhan, eres HanGuang-Jun. Has enfrentado monstruos, demonios y sectas enteras. Esto no es diferente. Nuestro hijo te necesita ahora más que nunca.
Lan Zhan cierra los ojos por un momento, dejando que las palabras de Wei Ying lo llenen de determinación. Cuando los abre, aunque sigue temblando, hay un brillo nuevo en su mirada.
- Por nuestro hijo - susurra con voz quebrada, pero firme.
El médico comienza a dar instrucciones claras. Wei Ying se mueve para sostener a Lan Zhan en una posición más cómoda, asegurándose de que su espalda esté bien apoyada. Las contracciones se intensifican, y cada una parece consumir más energía de Lan Zhan. Su respiración es errática, y Wei Ying puede sentir cómo su agarre se hace más débil a medida que pasan los minutos.
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Volvernos a Encontrar
FanfictionLuego de trece años We WuXian se encuentra con su omega... y unas cuentas sorpresas más. Aclarar que en esta historia hay fragmentos del libro Mo Dao Zu Shi y la siere The untamed.