Capítulo 32

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La noche es tranquila y clara en Gusu. Lan Xichen, como siempre, se desplaza con pasos suaves y seguros, caminando junto a Jiang Cheng, que lo seguía con las manos cruzadas detrás de la espalda y una expresión que intentaba ser indiferente. Habían pasado la tarde con Lan Wangji y Wei Wuxian, y aunque sus caminos normalmente no se cruzaban demasiado, esta vez Lan Xichen había insistido en acompañarlo de regreso hasta la habitación que se le ha asignado en Gusu para sus visitas.

Jiang Cheng se ajusta la túnica morada, ligeramente incómodo con el silencio que se ha asentado entre ellos. A pesar de estar acostumbrado a la soledad, siempre encontraba un tanto intimidante la calma que rodeaba a Lan Xichen, una calma que parecía no verse afectada ni por las batallas, ni por el caos, ni por la tensa historia que Jiang Cheng tenía con su hermano menor.

Después de un rato, Lan Xichen rompe el silencio, inclinando ligeramente la cabeza para mirarlo. Sus ojos brillaban, serenos, bajo la luz de las estrellas.

- Ha pasado un tiempo desde que pudimos charlar con tranquilidad, Jiang Wanyin. Agradezco que me hayas permitido acompañarte esta noche.

- Mm...

Fue toda la respuesta de Jiang Cheng, quien se resistía a admitir que, en el fondo, encuentra el tono de Lan Xichen reconfortante. Sin embargo, intentaba convencerse de que solo era cortesía entre líderes de secta. Después de todo, Lan Xichen era un alfa destacado y respetado, líder de la prestigiosa secta Lan. Mientras que él... Jiang Cheng bufó suavemente para sí mismo.

- Tú eres el líder de una gran secta, no tienes por qué molestarte en acompañar a alguien como yo.

Lan Xichen lo miró, arqueando una ceja.

- ¿Y por qué no habría de hacerlo? Es un placer poder compartir esta caminata contigo, es bueno tenera alguien con quien hablar. Me atrevería a decir que Wei Wuxian y Lan Zhan mantienen ocupados tus pensamientos.

Jiang Cheng sintió un leve ardor en las mejillas, pero se obligó a mantener la calma.

- No tengo tiempo para pensar en Wei Wuxian. Si tú no lo has notado, soy el líder de una secta también, y eso no me deja mucho espacio para distracciones.

Lan Xichen esboza una leve sonrisa, su mirada cálida y gentil.

- ¿Distracciones? Me resulta curioso escucharte decir eso.- Su tono era suave, casi... juguetón. Era raro en él, pero había un toque de cercanía que Jiang Cheng no supo cómo interpretar. - Podríamos ver esto como una pequeña distracción, ¿no crees?

Jiang Cheng frunce el ceño, sin saber si estaba entendiendo bien las palabras de Lan Xichen.

¿Dis-tracción? ¿Él, una distracción para Lan Xichen? Sacudió la cabeza y se forzó a no darle demasiada importancia.

- Supongo - murmura - Pero no soy precisamente alguien que inspire ese tipo de distracción. De hecho, dudo que alguien en su sano juicio vea a alguien como yo como... algo agradable.

Lan Xichen se detiene, sus ojos enfocándose en el rostro de Jiang Cheng con una intensidad que lo hizo sentir un poco vulnerable.

- No estoy de acuerdo contigo, Jiang Wanyin. Creo que no eres consciente de cuántos encuentran admirable tu carácter... y otros aspectos - Su voz era baja, un susurro casi, y sus palabras hacen que el pulso de Jiang Cheng se acelere sin remedio.

Con los ojos un tanto abiertos, Jiang Cheng se ríe de manera brusca, intentando disimular el nerviosismo.

- Eso es absurdo. Soy todo menos... lo que cualquier alfa o persona desearía.

Lan Xichen mantiene su mirada en él, con un brillo indescifrable en los ojos.

- ¿Por qué piensas eso? - pregunta, casi como si le estuviera hablando a un niño que no entendía algo muy obvio.

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