Segunda Parte - Capítulo I

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Una tristeza profunda compungía su pecho. La inquietud y la desesperanza atenazaban su corazón. Su mayor anhelo era escuchar las revelaciones del gran hechicero, quien, desde que ella era una niña, se había ganado la fama en su pueblo de poseer el don de la sanación y dominar ciertos poderes de clarividencia, encantamientos y conexión con el más allá.

Había quedado viuda. Su amado esposo había muerto en batalla, demostrando siempre ante sus hombres a mando ser aguerrido y respetado; por su fuerza, valentía y coraje. Pero sus enemigos lo habían despojado vilmente del derecho a tener una muerte honorable. Lo habían capturado y raptado. Luego de torturarlo con saña y crueldad lo habían desollado y colgado, deshonrándolo.

Un manto de dolor y oscuridad había cubierto el alma de cada habitante del poblado, porque el guerrero maldecido por el enemigo era Aydan, rey del clan vikingo, el esposo de Eleonor, la reina del norte; y a menos que la magia y poder del hechicero interviniesen, el alma del rey Aydan jamás lograría entrar al Valhalla, vagando eternamente en Helheim, reino de los muertos, entre sombras, miseria y desolación. 

Valkirias y SirenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora