UN MOMENTO DE VALOR
Semanas después
Camino por el bullicio de la cafetería, rodeada de mis amigas y con Gael cuidándonos las espaldas. Aunque han pasado un par de semanas desde que Gael se convirtió en mi guardián, las miradas curiosas aún nos persiguen como si fuéramos bichos raros. No puedo evitar sentirme incomoda, cada vez que giro la cabeza, atrapo los ojos de los presentes que nos observan con una mezcla de asombro y envidia, como si fuéramos un espectáculo inusual en un circo.
Las populares de la universidad, siempre atentas a cualquier movimiento, no dejan de lanzarle miradas coquetas a Gael. Es casi cómico ver cómo intentan llamar su atención, aunque para él parecen ser solo ruido de fondo. Su actitud despreocupada me arranca una sonrisa, en su mundo no hay lugar para sus juegos.
Mientras me deslizo entre las mesas, siento el murmullo de conversaciones ajenas mezclándose con risas estridentes. De repente, Cora susurra a mi lado.
- Miren, allá están otra vez - señala a un grupo de chicas que nos observan desde su mesa. Sus miradas son como dagas afiladas, pero Gael permanece impasible, como si las burlas no le afectaran en lo más mínimo.
- No les des importancia - le digo a Cora, aunque en el fondo me molesta su presencia. La incomodidad burbujea dentro de mí, pero trato de mantenerme firme.
Gael se vuelve hacia nosotras y sonríe con esa calma que siempre lo caracteriza. Su confianza es contagiosa, como si pudiera disipar las nubes oscuras que amenazan con empañar nuestro día.
- Qué van a pedir? - pregunta, cambiando de tema mientras se acerca al mostrador con esa postura relajada que lo caracteriza.
- Yo quiero uno de esos muffins de arándano - dice Zoe, hojeando el menú con los ojos brillantes, como si estuviera ante un festín interminable. Su entusiasmo es contagioso y me arranca una sonrisa genuina
En este instante, una de las chicas populares se levanta y decide acercarse. Es Valeria, la líder indiscutible del grupo. Su cabello rubio brilla con un destello casi dorado bajo las luces cálidas de la cafeteria mientras avanza hacia nosotros, con ese aire arrogante de no querer tocar el suelo y una sonrisa que no llega a sus ojos.
- Hola, guapo - dice con un tono casi melodioso - ¿No te gustaría estar rodeado de... bueno... chicas populares? -
El silencio cae sobre nuestra mesa como un peso abrumador. Mis amigas intercambian miradas, sus ceños fruncido mientras siento el calor recorrer mi cuerpo.
Gael se encoge de hombros y responde con una calma impresionante.
- Solo estoy donde hay personas de verdad y buena compañía, así que mejor aléjate -
Valería parece anonadada por su respuesta directa y rápida, nunca había visto a Gael actuar así. Está sacando su lado frío... su lado mafioso. Pero en lugar de retroceder, ella sigue insistiendo.
- Podrías estar con nosotras... hay mucho más que ofrecer en nuestra mesa - insinúa, lanzándole una mirada coqueta.
La tensión en el aire es palpable, mis amigas están listas para intervenir si es necesario. Pero antes que puedan reaccionar, tomo la delantera:
- Qué parte de "no" no entiendes?... ¿Necesitas que te lo explique con plastilina o qué? - digo con firmeza, lanzándole una mirada desafiante.
Valería arquea una ceja y da un paso atrás, claramente desconcertada por mi respuesta inesperada. Sin embargo, no se rinde tan fácilmente.
- No te hablaba a ti... - comienza a decir, pero Gael no la deja terminar.
- Gracias, pero prefiero mil veces quedarme aquí - responde con un tono muy serio. Antes de que pueda replicar, añade - Ya déjalo y vete -
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MI QUERIDO MAFIOSO [+18]
Roman d'amourAlay Jones, una chica muy alegre y extrovertida de tan sólo diecinueve años de edad, vive en la ciudad de Málaga donde a pasado toda su infancia junto a sus padres, Elena y Marcus Jones. Estudia Bellas artes en la Universidad de Málaga, su carrera d...