Prólogo

447 45 2
                                    

—Lindo pescadito, ¿no quieres salir? a jugar con mi aro, vamos al jardín...

Acarició el rostro de su bebé que descansaba en sus brazos mientras le cantaba en voz baja escondido a un lado de la cuna.
 
Pasos...

Sunoo escuchó que los pasos se acercaban a la habitación de su bebé, justo la habitación donde se encontraban. Le dio un pequeño beso en la frente a su bebé orando para que todo saliera bien.     

—...yo vivo en el agua, no puedo salir, porque si me salgo me puedo...

La puerta fue abierta de golpe dejando ver a un hombre bastante grande con una escopeta en las manos.

Se escuchó un disparo y seguido de él el llanto del bebé.

༺☆༻

La habitación que había estado llena de gemidos, se sumergió en un oscuro silencio. Sunoo observó al hombre debajo de él y se levantó vistiéndose de inmediato.

Tomó su cartera, tenía una fotografía de unos niños los cuales supuso que serían sus hijos y le robó todo el efectivo. Buscó entre sus pantalones y se robó una argolla al parecer era de matrimonio y una cajetilla de cigarros.  

Le robó su encendedor y salió del cuarto del motel.

Sunoo encendió un cigarrillo llevándolo a sus labios inhalando y exhalando todo el humo en el pasillo de aquel motel barato.

Antes de subirse a su auto sonó su celular.

Seung<3

Sunoo rodó los ojos y contestó.

—Hola cielo —dijo en un falso tono cariñoso.

No me digas que lo olvidaste... —dijo en un tono enojado. Sí, Sunoo lo había olvidado, pudo imaginar lo enojado que se pondría.

Sunoo buscó en su celular alguna maldita pista de algo.

—Noooo, ¿cómo crees mi vida? te amo—allí estaba el recordatorio de su quinto mesiversario con Heeseung en su calendario—. Felices cinco meses.

Llevo mucho buscándote, ¿por qué demonios no contestas?

—Fui a trabajar en la mañana y ahora estoy buscando tu regalo.

No, no, no, mi amor, no me compres nada. Dile a tu estúpido jefe que no te canse demasiado. No te quiero tan gastado bebé, siempre dices que estás cansado cuando quiero estar contigo.

Sunoo suspiró y soltó una risa fingida.

—Ay tontito, pues claro que tengo que estar moviéndome, trabajo como mesero en tu restaurante.

Tú eres mi estúpido jefe.

Sunoo suspiró y se subió al auto.

Quiero verte —susurró Heeseung—. ¿Sólo por hoy podemos...?

Sunoo estaba cansado, quería regresar a su casa, pero luego Heeseung querrá ir y él no lo quería en su casa porque habían unos detalles que él no sabía.

—Lo haré para complacerte—dijo con voz neutra.

Así no, tenemos que ser los dos, no quiero que te sientas obligado.

—Está bien—dijo golpeando los dedos en el volante—. Voy a verte mi vida y te haré sentir bien, porque así lo quiero yo. De verdad que lo quiero.

Ok, te amo.

Sunoo colgó la llamada y ahora marcó otro número.

—¡Hola Sunoo!—fue contestado casi al momento.

—Hola Jake, necesito que lo cuides un poco más, te pagaré horas extra—suspiró agotado —Estoy ocupado y seguro voy a terminar tarde.

No te preocupes, incluso puedo quedarme toda la noche aquí. Está dormido.

—Dile que lo amo y por favor que no duerma demasiado, luego no me deja dormir a mí.

Está bien, nos vemos.

Sunoo colgó, suspiró cansado y manejó hasta la casa de Heeseung.

Había una enorme diferencia entre el vecindario de Heeseung y el suyo, en especial porque la familia Lee era dueña de la cadena de comida Golden City.

Solamente estaba con él por interés porque lo necesitaba, tenía un hijo que mantener que ni siquiera Heeseung sabía de su existencia.

Tocó el timbre del enorme portón negro y Heeseung apareció dándole un fuerte abrazo seguido de un beso hambriento.

—Feliz mesiversario, mi amor.

Cinco meses mintiendo, Sunoo sonrió. Han pasado cinco meses de falsas sonrisas y de falsos sentimientos. Sunoo nunca podría enamorarse de Heeseung, por más que lo intentara.

Porque sí intentó enamorarse de él, incluso planeó mostrarle a su hijo, pero simplemente no sentía nada por él.

Absolutamente nada.

Kill Me || SungsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora