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Lord Anthony Ross, duque de Beaufort es un hombre orgulloso, vive feliz pensando que su vida no puede ser mejor, pero se da cuenta que no es así cuando es abandonado días antes de su boda por la mujer con la que pensaba...
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Sé que muchas damas no consideran a un escocés como una opción ideal para esposo, y menos aún piensan en casarse con uno. Debo admitir que el nuevo conde de Warwick es un hombre apuesto y varonil que atrae la atención de más de una dama, aunque ellas no lo admitan abiertamente. Sin embargo, su sangre escocesa hace que no sea visto como un soltero codiciado.
Aunque, si lo pensamos bien, estoy segura de que el conde tampoco estará interesado en relacionarse con ninguna dama inglesa. Solo podemos esperar que la convivencia con sus pupilas, las hermanas Straton, haga que cambie su opinión sobre los ingleses.
Espero tener el placer de ver en esta temporada a la mayor de las hermanas Straton, Lady Amelia. Ha pasado demasiado tiempo recluida, y ya es hora de que nos deleite con su presencia.
Revista de sociedad de Lady Kennt.
Evelyn y Sharon observaron a su madre, quien las miraba con el ceño fruncido y los brazos cruzados sobre el pecho.
—¿Y bien, es verdad? —preguntó Elina. Evelyn bajó el rostro con vergüenza, y luego asintió con lentitud—. Por Dios, Evelyn.
—Sí, lo sé. Estuvo mal. Y no tengo excusas para lo que pasó. Pero te juro que no volverá a pasar —aseguró Evelyn.
Y era la verdad, no podía permitir que algo como eso volviera a suceder. Tenía que protegerse a sí misma. Anthony no tardó en encontrar a Dayse y comprometerse con ella, quien le asegura que no volverá a hacer lo mismo en cuanto solucione los problemas. Ella sabía que tarde o temprano él tenía que casarse y tener hijos, era su deber como duque.
Elina suspiró y asintió.
—Eso espero, Evelyn. El antiguo duque ya no está, pero aún está lady Delphina. Y no queremos que se repita la misma historia de hace siete años.
—Por supuesto que no —concordó Evelyn.
—¿Pero no podría haber una posibilidad ahora que el duque es lord Anthony? Tal vez él...
—No, Sharon. Entre el duque y yo no hay nada, solo soy su sirvienta —aseveró Evelyn sin mirar a su hermana.
—Solo pensaba. —Sharon se encogió de hombros.
—Mejor empecemos a trabajar —habló Elina—. Ponte tu uniforme, Evelyn.
Evelyn asintió mientras su madre y su hermana salían de la habitación. Su mente volvió a la noche que pasó con Anthony. Lo había extrañado durante todos esos años, pero también había sufrido al ver cómo él había seguido adelante, encontrando a otra mujer.
No queriendo seguir pensando en Anthony, se levantó de su pequeña cama para cambiar su camisón por su uniforme de trabajo.
Una vez lista, salió de su habitación y se dirigió a la cocina para tomar su desayuno. Aún era temprano para despertar a Lucianne, quien había sido muy clara en cuanto a su horario: no le gustaba que la despertaran temprano y prefería que le sirvieran el desayuno en su habitación. Por lo tanto, Evelyn tenía tiempo antes de comenzar su labor como doncella de Lucianne ese día.