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Lord Anthony Ross, duque de Beaufort es un hombre orgulloso, vive feliz pensando que su vida no puede ser mejor, pero se da cuenta que no es así cuando es abandonado días antes de su boda por la mujer con la que pensaba...
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Con la reciente boda del duque de Beaufort me había olvidado de los otros solteros de Londres que también son muy deseables por las damas. Le aviso queridas lectoras, que acabo de enterarme que el duque de Windsor, Lord Logan William estará buscando una esposa esta temporada, desde ahora ya estoy imaginando como todas intentarán llamar la atención del duque. Pero también debo incluir a la lista a los caballeros que forman parte del London Industrial Alliance, y estoy segura que el más deseado será el vizconde de Brekely.
Revista de sociedad de Lady Kennt.
Evelyn y Sharon llegaron al comedor, pero antes de entrar se detuvieron al escuchar cómo Delphina hablaba sobre ella.
-Debes dar a conocer a tu esposa pronto, Anthony. Todos están especulando sobre su origen, y temo que pronto descubran que te casaste con la sirvienta que trabajaba para ti -comentó Delphina.
-Delphina tiene razón. Aún no entiendo cómo terminaste con una sirvienta en la iglesia, Anthony, cuando había muchas damas más elegibles para ser tu esposa -comentó Claire.
-Exactamente, pero mi hijo tiene gustos... diferentes.
Anthony dio un fuerte golpe sobre la mesa, sobresaltando a todos los presentes.
-No quiero escuchar una palabra más sobre mi esposa, a menos que sea para halagarla o respetarla. Resérvense sus opiniones -ordenó Anthony con voz firme.
En ese instante, Evelyn decidió entrar al comedor junto a su hermana, llamando la atención de todos.
-Buenos días -saludó ella, con la cabeza en alto. Pero las miradas sobre ella la hacían querer esconderse. Miró su vestido para asegurarse de que todo estaba bien, y al ver que no había nada fuera de lugar, se tranquilizó. Las miradas se dirigieron entonces a Sharon, pero la más sorprendida fue Claire, quien se levantó de su asiento, provocando que Anthony y los otros hombres presentes hicieran lo mismo.
-¿Qué hace ella con el vestido de mi hija? -preguntó Claire, señalando a Sharon.
-¿Cómo? -preguntaron Anthony y Delphina al unísono.
-Madre, esos vestidos no son míos. Los desechamos para hacer sitio a los nuevos. No tiene importancia -respondió Lucianne, con su característica seriedad.
Anthony se acercó a Evelyn con la intención de protegerla.
-Claro que importa, le ordené que se deshiciera de los vestidos, no que los conservara -objetó Claire con furia contenida.
-Claire, por favor. Son solo vestidos, y tú misma dijiste que querías deshacerte de ellos -intervino Simon, el esposo de Claire, claramente avergonzado por la actitud de su esposa.
