El precio del amor (Saga #4 de Amores Encadenados)

Capítulo 16

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Una boda rápida y poco emocionante. Así fue como muchos llamaron la boda del nuevo conde de Warwick y Lady Brianna Straton, la segunda hija del difunto conde, Lord Jacob. Lord Ian Dunmond no expresó nada más que disgusto, lo que demuestra que este matrimonio no inició en buenos términos. La verdad me compadezco de Lady Brianna, ahora tendrá que soportar a un guapo, pero malhumorado y presuntuoso escocés.

¿Están listos para el evento más esperado de la temporada? Me refiero al baile de máscaras que ofrecerán los duques de Agnes este viernes. Siempre me han fascinado este tipo de celebraciones, y es una lástima que tan pocos aristócratas se animen a organizar uno. Deberían tomar ejemplo de los duques de Agnes, quienes saben cómo combinar diversión y elegancia a la perfección.

Revista de sociedad de Lady Kennt.

Al bajar al primer piso junto a Anthony, se encontraron con todos ya esperando. Albert le dedicó una sonrisa, mientras que su madre, Claire, simplemente giró el rostro hacia su hija Lucianne para acomodar un mechón de su cabello detrás de su oreja. Delphina solo la miró y luego a su hijo, sin mostrar ninguna expresión, mientras que más atrás se encontraban Odella y su hermana Sharon.

Evelyn no se quedó junto a Anthony para esperar a los invitados, ya que necesitaba asegurarse una última vez de que todo estuviera en perfecto orden. Era la primera cena que organizaba, y esperaba que todos quedaran satisfechos. La mesa del comedor, larga y elegantemente dispuesta, lucía un mantel de encaje blanco, sobre el cual se disponían vajillas de porcelana, cubiertos de plata y copas de cristal tallado. Evelyn había supervisado cada detalle para garantizar la perfección de la primera cena que organizaba.

Regresó al salón justo a tiempo para recibir a los duques de Agnes y, minutos después, a los socios de Anthony.

-Es un placer tenerlos aquí. Permítanme presentarles a mi esposa, lady Evelyn Ross -anunció Anthony-. Eve, él es el vizconde de Brekely -señaló a uno de ellos-. Y lord Malcolm Blackwood.

Ambos hombres eran llamativos en todos los aspectos. Brekely tenía un porte distinguido y atractivo. Cabello castaño oscuro ligeramente despeinado, ojos azul profundo. Su mandíbula fuerte y rasgos angulosos le daban una apariencia imponente. Alto y de complexión atlética. Por si parte, Blackwood tenía un porte igualmente distinguido, pero con un aire más reservado y serio. Cabello negro azabache, perfectamente peinado hacia atrás, ojos color verde intenso. Sus facciones son igualmente angulosas, pero su rostro reflejaba una dureza imperturbable. También era alto y de complexión fuerte.

Evelyn les sonrió con cortesía, inclinando ligeramente la cabeza en señal de bienvenida.

-Es un honor recibirlos en nuestra casa. Espero que disfruten de la velada -habló ella con amabilidad.

-El placer será nuestro, excelencia -respondió Brekely, aunque Evelyn notó cómo su mirada se desviaba hacia Lucianne.

Con todos los invitados reunidos, se dirigieron al comedor. Evelyn se sentía algo nerviosa, pero no dejó que los nervios la traicionaran. El menú que había preparado era sencillo, pero elegante. Como primer plato, sirvieron una sopa de espárragos, cremosa y acompañada de pequeños panes recién horneados. El plato principal consistía en un lomo de cordero asado, jugoso y tierno, acompañado de patatas al romero y zanahorias glaseadas.

Durante la cena, las conversaciones se volvieron más relajadas, pero Evelyn no pudo evitar notar que Lucianne, sentada a su derecha, evitaba a toda costa la mirada de Brekely.

-Lucianne, ¿estás bien? -le preguntó Evelyn en voz baja, tratando de no llamar la atención de los demás.

Lucianne tragó saliva y asintió, aunque su expresión seguía siendo tensa. Algo inusual en ella, ya que siempre mantenía sus emociones bajo control y rara vez mostraba nerviosismo.