Capítulo 15

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Ciertamente, a los William les encanta el escándalo. fuimos testigos de la boda de los marqueses de Normanby, los cuales se habían casado en secreto anteriormente. Pero lo más escandaloso, o en mi opinión la mejor sorpresa para la familia, fue que después de que los novios fueran declarados marido y mujer, la marquesa de Winchester, lady Jayne, emitiera un grito, todos pensamos que daría a luz en ese momento. Pero todo fue una falsa alarma, y el bebé aún continua en el vientre de su madre.

Por otra parte, tuvimos el placer de volver a ver a la nueva duquesa de Beaufort, Lady Evelyn Ross, la cual estaba verdaderamente hermosa con un porte de elegancia y gracia única. No por nada fue muy bien aceptada en la corte, y por el rey y la reina de Inglaterra.

Revista de sociedad de Lady Kennt.

En la pequeña casa de Hampshire, el aire era denso. Elina estaba preocupada por su hermana Sara, cuya condición empeoraba día a día. Ya no había esperanzas para ella, y Elina lo sabía.

-Elina -susurró Sara con voz débil antes de toser fuertemente. Elina se acercó rápidamente para ayudarla.

-Debes terminar la infusión, te ayudará con la tos -le pidió Elina, acercándole la taza. Pero Sara negó con la cabeza.

-Nada puede ayudarme, estoy muriendo, Elina -musitó con voz ronca. A Elina se le humedecieron los ojos-. Lo sabes, pero estás retrasando lo inevitable por miedo.

-No quiero saberlo. Evelyn es mi hija y siempre lo será, Sara -respondió Elina con un nudo en la garganta.

-Lo sé. Sé que amaste a esa niña desde el primer momento en que te la entregué. Estábamos prácticamente en la calle, pero tú la acogiste -recordó Sara.

-Y no me arrepiento. Por eso no quiero saber quién la abandonó. Es lo mejor. Ahora descansa, hermana -pidió Elina, intentando poner fin a la conversación. Pero Sara negó repetidamente con la cabeza, negándose a callar.

-Evelyn merece ser reconocida, podría tener una vida mejor -musitó Sara.

-Ella ya tiene una vida feliz. Se casó con el hombre que ama, y además es un duque. No necesita saber quién es su verdadera madre -aseguró Elina, aunque su voz temblaba de miedo; no quería perder a su hija.

-No seas egoísta, Elina -la reprendió Sara. Elina apartó la mirada, dejando caer unas lágrimas.

Si era egoísta por querer conservar el amor de Evelyn para ella, entonces sí, lo era. No quería dejar de escuchar a Evelyn llamarla «mamá».

-No me queda mucho tiempo. Al menos tú deberías saber la verdad. Yo era la única que conocía el verdadero origen de Evelyn. Si muero, nadie más lo sabrá.

El precio del amor (Saga #4 de Amores Encadenados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora