Capítulo 18

1.3K 183 10
                                    

Pss Pss Pss

¿Por qué aún el nuevo conde de Warwick no hace una presentación oficial a su esposa, lady Brianna? Este matrimonio no pudo haber empezado peor. Pero también me pregunto porque hace más de cinco meses no vemos en las calles de Londres a lady Amelia Straton. Su ausencia ha levantado susurros en los salones de la alta sociedad. Algunos dicen que está enferma, recluida en Warwick House, mientras que otros especulan que el escándalo en el que estuvo envuelta junto a lady Jayne Evans aún la persigue. ¿Qué estará escondiendo de nosotros?

Mientras tanto, el baile de máscaras que se avecina en Agnes House promete ser un evento lleno de sorpresas. Los nobles se preparan para asistir, ansiosos por ver si el nuevo conde de Warwick y su esposa harán finalmente su debut. Y Por supuesto esperamos ver a la nueva y maravillosa duquesa de Beaufort.

Revista de sociedad de Lady Kennt

Los recuerdos se desvanecieron cuando Dana habló nuevamente.

-Disculpa, ¿qué decías? -preguntó Evelyn, mirando a Dana a través del espejo de su tocador.

-Preguntaba si querías usar la diadema de oro o la tiara de flores -repitió Dana, señalando los accesorios.

-La diadema -respondió Evelyn sin mucho entusiasmo.

Dana asintió, prefiriendo no decir más. Sabía que lo mejor era dejar que Evelyn reflexionara en silencio, así que continuó cepillando con delicadeza el cabello castaño claro de Evelyn. Lo alisó hasta que formó suaves ondas que caían en cascada por su espalda. Luego colocó la diadema de oro adornada con pequeñas hojas de laurel sobre su cabello, complementando su disfraz de la diosa Hera. Sería su atuendo para el baile de máscaras organizado por los duques de Agnes esa noche.

A pesar de la elegancia de su apariencia, Evelyn no lograba disfrutarla. Sus pensamientos seguían atrapados en la tristeza y la confusión que la abrumaban desde que Anthony había recibido aquel maldito informe. Un informe que la acusaba falsamente de haberlo traicionado siete años atrás. Aunque Evelyn intentaba explicarse, sentía que ninguna palabra era suficiente para hacer que Anthony confiara en ella.

Mientras Dana ajustaba los últimos detalles de su peinado. Evelyn miró su reflejo en el espejo y se preguntó si acaso no merecía un poco de felicidad. Cada vez que parecía alcanzarla, una fuerza mayor la alejaba de ella. Sabía cuánto le había dolido a Anthony lo que había leído, y aunque quería reparar las cosas, sentía que la grieta entre ellos se hacía más grande cada día.

-Estás lista -anunció Dana en voz baja mientras ajustaba un último mechón de cabello.

Evelyn solo asintió en respuesta. Se levantó lentamente mientras Dana la ayudaba a ponerse el disfraz. El vestido era de seda blanca, con bordados dorados que recorrían el corpiño y la falda, cayendo en pliegues suaves hasta el suelo. Una capa de gasa dorada adornaba sus hombros, evocando las alas de una diosa. El collar de oro con una esmeralda en su cuello simbolizaba el poder y la realeza de Hera.

Aunque el disfraz la hacía lucir imponente, Evelyn no se sentía así. La idea de enfrentarse a Anthony en el baile, de fingir que todo estaba bien mientras la sociedad observaba, le resultaba insoportable. No tenía idea de lo que pasaría entre ellos, ni de qué pensaba Anthony realmente.

«Lo mejor es que le digas la verdad, Evelyn»

Recordó las palabras que Delphina le había dicho antes de dejarla sola en la habitación.

Pero, aunque deseaba contarle la verdad, compartirle todo lo que había sufrido y cómo su propio padre le había arrebatado la vida a su bebé, sabía que él no le creería. ¿Cómo confiaría en ella cuando parecía dar más valor a un simple pedazo de papel que a sus propias palabras? Eso quedó claro cuando él eligió creer en aquella carta, escrita con su letra, pero no con sus palabras.

El precio del amor (Saga #4 de Amores Encadenados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora