2006/10/19 - Moisés y el juego

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Me tumbé en la cama después de comer y me quedé dormida. Soñé con TK y con Jake. El primero tenía la mirada apagada, como si se hubiera convertido en alguien oscuro y ya no fuera el mismo que yo conocía, y el segundo estaba lleno de heridas y me pedía ayuda.

No quiero pensar más en ello, así que voy a seguir contándote lo que pasó en estos días.


Como te decía, cruzamos la puerta. Aquel lugar era... ¿la playa? Sí, era una playa de arena oscura, mar azul profundo y una humedad enorme. No me gustaba, me hacía sentir agobiada.

―¿Y ahora? ―preguntó Joe extrañado.

―¿El Mar Oscuro? ―añadió Ken, que parecía asustado. ¿El Mar Oscuro? ¿Qué era eso?

―No. ―¡Kari había hablado!―. No es el Mar Oscuro. Es un mar normal y corriente ―descartó la hipótesis de Ken.

Ken se tranquilizó un poco y Yolei lo abrazó en silencio. Nos quedamos callados observando aquel mar, que rompía sus olas contra la orilla. Miré a mi alrededor, pero no vi ninguna otra puerta.

―Puede que esté enterrada ―opinó Davis.

―O puede que esté bajo el mar ―dijo Sora.

―En ese caso, Armadillomon y yo nos tendríamos que encargar de mirar ―pensó Cody.

―No ―añadió Tai―. No sabemos si hay una puerta, y si no la hay perderemos otro amigo en vano.

―Pues caminemos ―dijo Izzy―. No podemos estar aquí parados sin hacer nada.

―Tienes razón. Vamos.

Y empezamos a caminar por la suave arena, sin rumbo, esperando que un milagro o una puerta aparecieran delante de nosotros. No articulábamos palabra, y eso daba más nerviosismo y tensión al ambiente.

De repente, una voz cortó el silencio.

―Niños elegidos.

―¿E.D.? ―preguntaron. Yo dudé: ¿Era E.D.?

―Tengan cuidado, y no descarten posibilidades así como así. Piénsenlo.

―¿E.D.? ―preguntó Tai― ¿Sigues ahí?

Nadie contestó.

―¿Que no descartemos posibilidades? ―dudaba Yolei.

―Creo que se refiere a lo que dijeron Sora y Davis. Puede que esté enterrada o bajo el mar ―contestó Izzy metido en sus pensamientos.

―Entonces busquemos, ¿no? ―pregunté, aunque no me fiaba de E.D.

―Sí ―confirmó Tai, y empezamos a cavar en la arena.

La segunda opción sería buscar bajo el mar, aunque no estaba muy segura de cómo lo íbamos a hacer.

―Creo que será mejor buscar en el mar ―opinó Ken.

―Sí. No creo que encontremos nada aquí ―añadió Yolei.

―Pues vamos, ¿no, Armadillomon? ―preguntó Cody sonriendo.

―Sí ―contestó igual.

―Espera ―dijo Tai―. Cody, ¿estás seguro de que quieres hacerlo?

Cody asintió con la cabeza.

―Bien, Armadillomon, ¿listo? ―preguntó.

―¡Listo!

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