Blair sentía que estaría mintiendo si dijera que todo estaba bien. No lo estaba en absoluto.
La madrugada siguiente a la noche en la que habían rescatado a April, la habían dejado en casa de Dave. El hombre que vivía con Dave, un señor alto que se estaba quedando pelado llamado Ben, estaba acostumbrado a ver a chicas distintas en su hogar, así que una lastimada no era mucho problema. Además, había resultado ser de lo más amable y hospitalario.
—Creí que tu padre era Alec—le dijo Blair susurrando, mientras buscaba más gasas para April.
—Lo es—respondió él—.Ben es mi tío, el hermano de mi madre.
—Ah...—Blair se agachó a buscar en una alacena de abajo. — ¿Y qué pasó con ella? —le preguntó, cuando encontró un botiquín.
—No tengo idea. —Dave se encogió de hombros. —Lo único que sé de ella es que era bonita. Sostenía un trapo húmedo, y fue con él hacia el sofá donde April descansaba. —Bien...esto quizás duela un poco, solo no...no grites—le había dicho Dave. Pero ella gritó cuando el trapo tocó sus muñecas lastimadas, ardiendo por el alcohol.
Cuando el sol comenzó a salir, era tarde para que todos regresaran a sus casas, así que Dave les dejó dormir en la antigua habitación de su hermana universitaria.
Pero aunque estaba cansada, Blair no podía dormirse. No dejaba de pensar en todo lo que había sucedido esa noche. No dejaba de pensar en lo engañada y utilizada que se sentía. No dejaba de pensar en la expresión de los ojos de Arsen. Le había mentido. Nada de lo que había dicho había sido cierto y ella le había creído. Miró a Sophie; miró a April, que por fin estaba descansando, y por último se miró a sí misma en el espejo que había en frente de la cama donde estaba acostada. No parecía ella; no era ella.
Blair no recordaba en qué momento se había quedado dormida, pero despertó con cada músculo de su cuerpo adolorido. Y ni April ni Sophie estaban en la habitación.
Asustada, bajó apresuradamente por las alfombradas escaleras, para encontrarse a su grupo de amigos desayunando y riendo en la barra del desayunador...y a April sola en el sofá con una taza de café en la mano.
—Buenos días, Blair. —Sonrió Dave, levantando su taza de Mickey Mouse. Ella, por su parte, le echó una mirada de desaprobación, ya que April estaba sola, y fue a sentarse con ella en el sofá. Los demás fueron detrás.
Blair abrazó a April y ella sonrió. Sophie se sentó al otro lado, y los muchachos en frente de ella. Ian tomó su mano.
— ¿Vas a decirnos qué sucedió todo este tiempo? —interrogó Dave, de una forma un tanto inoportuna.
— ¡Dave! —susurró Sophie, fulminándolo con la mirada, regañándolo.
— ¿Estás bien? —Blair miró a April a los ojos.
—¿La verdad de verdad o la verdad falsa que estoy obligada a decir? —dijo ella
—La verdad de verdad.
—No—confesó—.No estoy bien.
Nadie dijo nada por unos minutos, hasta que Dave rompió el hielo.
—¿Y cuál es la verdad falsa que estás obligada a decir?
—Que sí lo estoy. Siempre es más fácil decir que estoy bien, a que darle lástima a los demás con mis problemas.
—Somos tus amigos—le recordó Sophie. —Siempre te ayudaremos. Pero tienes que confiar en nosotros y decirnos cómo estás realmente.
—Lo sé—contestó April, mientras una lágrima se metía entre sus labios.
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Moonlight
Hombres LoboBlair siempre había sospechado cosas sobre su pasado, sabía que ella no era como su familia, y le hizo falta dejar de tomar sus pastillas anti epilépticas para darse cuenta que cosas extrañas le estaban sucediendo. De pronto tiene amigos, y dos chic...