Capítulo 26

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La habitación estaba oscura, quizás más que antes. Olía a sangre y a la colonia que April usaba. Estaba intacta; nadie había estado allí después de que se habían ido, y la fiesta todavía continuaba. A Blair le pareció extraño, sin embargo, que los ojos del muchacho que April había matado, ahora estaban cerrados, cuando había muerto con los ojos sin pupila abiertos. Definitivamente alguien los había cerrado. Se agachó a la altura del cuerpo y luego Sophie la imitó. Su mirada estaba repleta de confusión y algo de asco.

—No deberían estar aquí. —Una voz detrás de ellas las sobresaltó. April. Antes, su voz había tenido aire de superioridad, pero ahora sonaba cansada, agotada.

— ¿Por qué no? —Sophie se levantó.

—Sophie...—Blair intentó frenarla, aunque sabía que quizás no pudiera lograrlo. Aun así, su amiga no dijo nada, solo le obedeció.

April suspiró, y Blair pudo ver que tenía el maquillaje corrido. —¿Qué hacen aquí? Creí que sus novios las habían alejado.

— ¿Estás celosa de que tenemos novio y tú no? —le soltó Sophie.

April soltó una carcajada bien sonora. Pero falsa; desapareció en un instante. — ¿Qué es lo que quieren?

—Respuestas—contestó Blair, aunque April estaba mirando a Sophie. La vampiro la miró y su mirada se ablandó. — ¿Por qué has vuelto? ¿Por qué te fuiste, desde un principio?

—Creí que era el momento de volver.

— ¿También crees que te vamos a creer? —intervino Sophie. — ¿Por qué nos abandonaste?

April frunció el ceño. — ¿Acaso tengo que explicárselo? ¡Mi familia entera murió frente a mis ojos! ¡No estaba preparada para seguir con mi vida! ¡Pensé que lo correcto era alejarme de todo este infierno y poder despejar mi mente!

Luego de unos segundos, Sophie habló, con la voz más calmada, casi como un susurro—: Podríamos haberte ayudado. —Se aclaró la garganta, y luego se corrigió as sí misma. —Definitivamente te habríamos ayudado. Somos tus amigas, April. Eso es lo que hacen las amigas. Te estuvimos buscando por días y a ti no te importó. ¿Acaso no tienes sentimientos?

April intentaba con todas sus fuerzas que la voz no se le quebrara. —Me fui de aquí porque no podía seguir sintiendo tanto dolor. Además, he vivido más de cincuenta años, nadie en esta habitación ha experimentado más sentimientos que yo.

Sophie resopló. —De acuerdo. —Retrocedió, y comenzó a inspeccionar las botellas en el suelo, las que pertenecían a Jordan.

Entonces eran solo April y Blair. Ojos azules mirando unos esmeralda, como si quisieran clavarse en ellos y nunca salir. Vampiro y hombre lobo, enemigos naturales, pero sin embargo eran amigas, o lo habían sido en algún momento, aunque no habían pasado más de dos meses desde que se conocían pero definitivamente lo habían sido. Pero aunque lo que Blair sentía cuando estaba en presencia de otros vampiros, cuando estaba con April desaparecía, allí estaba: el sentimiento de asco, mezclado con odio, con furia, con ganas de abalanzarle hacia ella y arrancarle la garganta; y no podía evitarlo, aunque quisiera.

Blair miró al suelo, para no tener que seguir mirando los ojos de April. Se encontró con los pies del muchacho muerto. Siguió con su mirada su cuerpo entero, hasta llegar a la abertura que tenía en la garganta y se le produjeron arcadas. Toda la sangre que había en su cuerpo y en el suelo, le daba tanto asco que podía desmayarse. No porque la sangre misma le afectara, sino que el olor a sangre de vampiro era distinto al de sangre humana. Era más...amargo. Entonces le preguntó.

—¿Por qué lo mataste? —Alzó la mirada, Sophie se volteó para oír mejor a pesar de que April le estaba dando la espalda.

—Era mi servidor; y su orden era protegerte—contestó ella, como diciendo: "ya te lo he dicho". —Y estaba a punto de matarte. Lo vi en sus ojos.

MoonlightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora