22. Reinado de Caos

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Las luces del club clandestino parpadeaban, creando destellos irregulares que delineaban el caos y la decadencia del lugar. El aire estaba denso con el humo de los cigarros y la música grave que retumbaba en las paredes, pero Katherine estaba en calma en el centro de la sala VIP, como la reina que era. A su alrededor, las figuras más peligrosas de Gotham mantenían su distancia, conscientes de que la mujer que estaba frente a ellos no solo era la amante del Joker, sino su igual en cuanto a poder y retorcida astucia.

Algunos la llamaban "la reina del caos", un título que había comenzado como un susurro y ahora resonaba entre las sombras. Otros preferían evitar siquiera pronunciar su nombre, no queriendo tentar al destino. Porque nadie, absolutamente nadie, quería estar en la lista negra de Katherine. Y si bien el caos se sentía palpable en el aire, todos sabían que ella era quien movía las piezas tras bambalinas.

Katherine observaba la sala, sus dedos acariciando el borde de su copa de vino con una calma antinatural. Esperaba. No era alguien a quien hacer esperar por mucho tiempo, pero en esa noche, el juego apenas comenzaba. Entonces la vio: Gia. La mujer que alguna vez había sido la mano derecha de Selina, ahora degradada tras un fracaso que no había sido completamente suyo. Katherine sabía cada detalle de esa caída, después de todo, ella misma había planificado la trampa que Gia ni siquiera vio venir.

La mujer caminó hacia ella, sus tacones resonando en el suelo como un eco de su propia desesperación. Katherine apenas levantó una ceja, disfrutando el momento. La vulnerabilidad de Gia era casi tangible, una mezcla de temor y esperanza inútil. Se detuvo frente a la mesa de Katherine, sus ojos tratando de ocultar el temblor de sus manos.

—Selina ya no confía en ti, ¿verdad? —La voz de Katherine era suave, pero cortante como una navaja. No había necesidad de rodeos, el tiempo para juegos menores había terminado.

Gia intentó mantener su compostura, pero su silencio inicial fue respuesta suficiente. Sus ojos se clavaron en el vacío por unos segundos antes de forzar una sonrisa nerviosa.

—No sé de qué estás hablando —respondió, pero el ligero temblor en su voz la traicionó.

Katherine no pudo evitar una pequeña sonrisa, una sonrisa fría y calculada que no alcanzó sus ojos. Jugaba con ella, como un gato jugando con un ratón antes de matarlo.

—Oh, claro que lo sabes —susurró, acercándose un poco hacia ella. La intensidad de su mirada era abrumadora, cada palabra se sentía como una sentencia—. Sabes que después de ese desastre en Europa, tu querida Selina dejó de confiar en ti. Pensabas que tenías todo bajo control, pero no contabas con que alguien más estaba moviendo las piezas, ¿verdad? —La pausa que siguió fue glacial, cada segundo añadía peso a la conversación—. Ese alguien fui yo.

Gia contuvo el aliento, sus ojos delataban el terror creciente que intentaba ocultar. Era la confirmación de algo que había sospechado pero no se atrevía a admitir. Katherine continuó, su voz suave como seda, pero impregnada de veneno.

—Y ahora... —continuó mientras la observaba con detenimiento— estás aquí, porque sabes que tu tiempo con Selina se está acabando. Lo que no sabes, Gia, es que Selina está a punto de perder mucho más que una aliada. Está a punto de perderlo todo.

La tensión se hacía palpable, como si el aire mismo se volviera más pesado. Gia no quería ceder, pero sabía que no tenía más opciones. La sombra de Katherine la había rodeado por completo. Finalmente, tragando su orgullo, Gia rompió el silencio.

—¿Qué quieres de mí? —Su tono ahora era de pura resignación. Ya no era la mujer confiada de antes; Katherine la había reducido a lo esencial.

Katherine se inclinó hacia adelante, el brillo cruel en sus ojos se intensificó, como un depredador disfrutando de la agonía de su presa.

Crowned in Madness | Joker +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora