2. Las Sombras del Hospital

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La rutina de Katherine en el hospital era metódica y rigurosa, pero tras el primer encuentro con el Joker, cada día parecía llenarse de un aura de expectación y tensión. En el quirófano, se movía con la precisión de un autómata, su mente aferrándose a las instrucciones y los diagnósticos, pero siempre con una parte de ella alerta, esperando el momento en que él podría aparecer de nuevo. Sus colegas, amigos que habían estado a su lado en cada desafío, notaban un cambio en su comportamiento, pero Katherine se esforzaba por mantener la normalidad.

A primera hora de la mañana, cuando la luz comenzaba a filtrarse a través de las ventanas del hospital, se encontró en el área de descanso con Lucy, una enfermera que había sido su amiga desde el primer día en el hospital.

—¿Estás bien, Kate? —preguntó Lucy, mientras se servía una taza de café. Tenía una expresión preocupada en su rostro.

Katherine sonrió, tratando de disimular la tormenta que se desataba dentro de ella.

—Sí, solo un poco cansada. Han sido días largos —respondió, tomando un sorbo de su café, el amargo sabor ayudándola a mantenerse alerta.

—Cansada, o confundida... —Lucy la miró con curiosidad—. Últimamente has estado muy distraída. No me digas que estás saliendo con alguien.

Katherine soltó una risa nerviosa. La idea de revelar sus encuentros con el Joker le parecía absurda y peligrosa.

—No, no es eso. Solo hay muchas cosas en mi mente.

—Ya sabes que estoy aquí si necesitas hablar. Ojalá encontraras a alguien que te haga sentir bien... como esa persona misteriosa de la que hablas en tu diario —Lucy insistió, sonriendo de forma cómplice.

Katherine sintió que su rostro se sonrojaba. Desde su encuentro con el Joker, había empezado a escribir sobre él, aunque sabía que era una locura. Era como si hubiera capturado su locura en palabras, algo que no podía compartir con nadie.

Mientras las horas pasaban, Katherine se sumergía en su trabajo. Las emergencias no cesaban, y las emergencias en el quirófano la mantenía ocupada. Sin embargo, cada vez que alguien mencionaba algo sobre el crimen en Gotham, o un nuevo informe sobre el Joker, su corazón se aceleraba, y su mente viajaba a su última conversación con él. ¿Qué significaba ser parte de su mundo? ¿Podía atreverse a explorarlo?

Un par de días después, mientras revisaba un caso complicado en la sala de descanso, la puerta se abrió con un golpe sutil. Al levantar la vista, su corazón se detuvo. Allí estaba él. El Joker, con su sonrisa deslumbrante y esos ojos que parecían ocultar universos enteros de locura. Se había presentado con un traje diferente, rojo esta vez, lo que hacía que su piel blanca resaltara aún más. La atmósfera se volvió eléctrica, y el resto del mundo se desvaneció.

—Hola, muñeca —dijo, su tono juguetón vibrando en el aire, mientras se acercaba a ella—. ¿No es un hermoso día para salvar vidas?

Katherine sintió una mezcla de miedo y emoción al mismo tiempo.

—¿Qué haces aquí? —preguntó, consciente de que su voz se había vuelto un susurro.

—Vine a ver a mi doctora favorita —respondió él, mientras se apoyaba en la mesa, su mirada fija en la de ella, como si la estuviera analizando—. No puedes esperar que te deje en paz, ¿verdad? La locura es mucho más divertida en compañía.

A su alrededor, algunos colegas lo miraban con desdén, pero la atmósfera se había vuelto tensa. Nadie se atrevía a interrumpir su juego. El Joker no solo era un criminal; era una figura temida y reverenciada, un maestro de la manipulación.

—No deberías estar aquí —dijo Katherine, más para sí misma que para él.

—Oh, pero eso es lo que lo hace emocionante. ¡Lo prohibido siempre es más tentador! —exclamó, inclinándose un poco más cerca—. ¿No te intriga?

Crowned in Madness | Joker +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora