7. Marcas del Alma

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El aire en la habitación era denso, impregnado de un deseo palpable que electrificaba cada rincón. El Joker había llevado a Katherine a un refugio oculto en las profundidades de Gotham, donde las sombras parecían cobrar vida propia. La música suave resonaba a lo lejos, pero en ese momento, el mundo exterior no existía.

Katherine se encontraba de pie junto a una ventana, mirando las luces parpadeantes de la ciudad. La oscuridad de Gotham era un reflejo de su propia confusión emocional. Sin embargo, todo cambió cuando sintió su presencia detrás de ella, el aura del Joker la envolvió como una serpiente acechando a su presa.

—¿Ves esa ciudad, muñeca? —susurró, su aliento cálido acariciando su oído. Ella sintió un escalofrío recorrer su cuerpo—. Esa ciudad está llena de reglas. Pero aquí, en este momento, no hay más reglas.

Katherine lo miró de reojo, su corazón latiendo con fuerza. La tensión entre ellos era casi tangible. La atracción que sentía por él la hacía sentirse viva, pero había algo inquietante en su naturaleza, una locura que no podía ignorar.

—¿Qué planeas hacer conmigo? —preguntó, intentando mantener un tono desafiante.

El Joker sonrió, una expresión torcida que parecía un cruce entre la locura y el deseo. Se acercó más, su cuerpo casi tocando el de ella, y el calor que emanaba de él era embriagador.

—Marcarte —respondió, su voz un susurro cargado de significado—. Hacerte mía. Te he visto luchar, y me fascina. Pero al final, todos se rompen, y yo voy a disfrutar cada momento de tu transformación.

Katherine tragó saliva, sintiendo una mezcla de miedo y excitación. Su mente se debatía entre la lógica y el deseo. ¿Qué significaba realmente ser suya? Pero en ese instante, la curiosidad ganó.

—No soy como las demás —dijo, intentando sonar desafiante, aunque su voz temblaba ligeramente.

—Oh, pero querida, eso es precisamente lo que me vuelve loco. Te veo en tus momentos más vulnerables y aún así, te mantienes en pie. Pero no por mucho tiempo.

Sin poder resistir más, él la tomó de la cintura y la acercó a su cuerpo. La presión de su abrazo era posesiva, pero había un deseo desesperado en su toque. Sus labios se encontraron, y el beso fue un choque eléctrico, una mezcla de dulzura y salvajismo. La mente de Katherine se nubló mientras su cuerpo respondía a su cercanía.

—Voy a enseñarte lo que significa ceder, —susurró, separándose solo lo suficiente para mirarla a los ojos, donde había un destello de locura—. Voy a marcar cada rincón de tu ser.

Se inclinó hacia ella, su rostro tan cerca que podía sentir el calor de su piel. Con un movimiento rápido, la empujó suavemente hacia el sofá, haciendo que cayera sobre él. Su risa resonó en la habitación, un sonido que combinaba locura y lujuria. Se arrodilló a su lado, la mirada fija en su rostro mientras su mano comenzaba a explorar su cuerpo.

—Quiero que sientas el placer y el dolor, —dijo, su voz suave pero cargada de una amenaza seductora—. Voy a hacerte entender que no hay escape de mí.

Katherine sintió un escalofrío recorrer su columna mientras sus dedos se deslizaban sobre su piel, dejando un rastro de fuego a su paso. La presión de su toque era intensa, como si pudiera romperla con solo un movimiento.

—Eres hermosa, —murmuró, su tono lleno de admiración oscura mientras sus labios exploraban su cuello—. Pero no te confundas, querida. No estoy aquí para ser amable.

Él comenzó a desabrochar su blusa, los dedos temblando de anticipación. Cada botón que abría parecía aumentar la tensión entre ellos, cada fragmento de tela que caía revelaba más de su piel, y la sensación de vulnerabilidad la llenaba de ansiedad y emoción.

Crowned in Madness | Joker +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora