El penthouse de Katherine y el Joker estaba más silencioso de lo habitual, pero bajo la calma reinaba una tormenta inminente. El Joker caminaba de un lado a otro, con una mirada oscura que dejaba claro que estaba molesto, más allá de lo usual. El motivo de su ira no era una nueva operación fallida o un enemigo al que derrotar. No, esta vez se trataba de algo mucho más personal. Batman. El murciélago se había estado acercando a su muñeca, su reina, su todo, y eso era algo que el Joker no podía, ni iba a tolerar.
Katherine estaba en la sala de estar, sentada frente a los ventanales que ofrecían una vista panorámica de Gotham. Sabía que algo estaba mal; había sentido el cambio en el ambiente desde que el Joker había llegado esa noche. Las pequeñas señales eran inconfundibles: la forma en que él apretaba la mandíbula, cómo sus manos jugaban con su cuchillo favorito, girándolo entre sus dedos con una precisión peligrosa. Estaba enojado, y aunque ella aún no sabía exactamente por qué, podía adivinarlo.
El Joker finalmente se detuvo, clavando su mirada en ella. Katherine levantó la cabeza y sus ojos se encontraron. No hubo palabras al principio, solo el peso de un silencio cargado.
—¿Qué pasa? —preguntó ella con voz suave, aunque por dentro su estómago se retorcía. Sabía que algo venía, y que sería intenso.
Él sonrió, pero no era la sonrisa traviesa y divertida que solía usar. Era una sonrisa fría, peligrosa, cargada de algo mucho más oscuro.
—¿Qué pasa? —repitió, acercándose lentamente a ella, como un depredador que acecha a su presa—. Lo que pasa, mi querida muñeca, es que he oído rumores. Rumores sobre un murciélago que se ha estado paseando por nuestro nido.
Katherine sintió un escalofrío recorrerle la columna vertebral. Sabía que el Joker se refería a las visitas de Batman. No había tenido la intención de ocultárselo, pero tampoco había encontrado el momento adecuado para mencionarlo. Y ahora, era evidente que él lo sabía todo.
—Él solo... —comenzó, pero el Joker no la dejó terminar.
—Él solo, ¿qué? —espetó, su voz teñida de sarcasmo—. ¿Solo vino a charlar? ¿A tomar un café y ponerse al día?
Se arrodilló frente a ella, tomando su barbilla con firmeza, pero sin violencia, obligándola a mirarlo directamente a los ojos.
—Dime, muñeca, ¿qué es lo que quiere ese murciélago? ¿Por qué cree que puede entrar aquí, en tu vida, en nuestra vida, sin que yo lo sepa?
Katherine tragó saliva, tratando de mantener la calma. Sabía que enojarlo más solo complicaría las cosas.
—Él no significa nada para mí, Joker —dijo con firmeza—. Vino a hablar, a tratar de... averiguar cosas. Pero yo no le dije nada. No le di ninguna razón para pensar que puede interferir en nuestra vida.
El Joker la observó por un largo momento, sus ojos brillando con una mezcla de celos y deseo enfermizo. Luego, con un gesto rápido y lleno de intensidad, la tomó por la cintura y la levantó, llevándola hacia el sofá en un movimiento fluido.
—Oh, pero claro que lo hizo, muñeca —murmuró contra su oído, su aliento cálido recorriendo su piel—. Porque él quiere lo que es mío. Él siempre ha querido lo que es mío. Pero te equivocas en una cosa, querida... tú no eres "nada". Eres todo. Y eso es lo que no soporta.
Sus manos comenzaron a recorrer el cuerpo de Katherine con una mezcla de posesión y devoción, como si intentara recordar cada centímetro de ella, como si la necesitara más de lo que necesitaba respirar. Katherine sintió cómo su corazón se aceleraba, no solo por la cercanía física, sino por la intensidad emocional que desprendía el Joker.
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Crowned in Madness | Joker +18
FanfictionEn un Gotham sumido en la penumbra, donde la locura acecha en cada esquina y los sueños se desvanecen, Katherine es la neurocirujana más aclamada del país. Sin embargo, su vida, construida sobre cimientos de éxito y ambición, da un giro inesperado a...