Las Flipantes Aventuras Del Conejillo Chocolate Y Su Cocodrilo Ruso

Vol. 1 Tren Transiberiano 20

El paisaje era el mismo fuera donde fuera. Las largas crestas parecían no tener fin. Kwon Taekjoo no tardó en aburrirse. La somnolencia de la que apenas se había librado volvió a apoderarse de él. Con un largo bostezo, miró el reloj, frunció el ceño y cogió apresuradamente el bolso de un perchero.

Aunque a primera vista parecía un maletín, en realidad era un dispositivo que podía conectarse temporalmente a redes de satélites. Si era necesario, podía incluso falsear una llamada desde Corea del Sur.

Tras encenderlo, Kwon Taekjoo pulsó el teclado para introducir un comando específico, que activó la antena de radio del interior del aparato, captando una señal de satélite. Conectó los auriculares de su móvil al puerto lateral e introdujo un número de teléfono.

Zhenya se quedó con los brazos cruzados, observando. Iba a ir a desayunar en breve, y mientras lo hacía, le habría parecido bien ver los movimientos de Hong Yeowook. No planeaba ir con Kwon Taekjoo, pero verle revolviéndose por ahí fuera de lugar le hizo sentir curiosidad. Se preguntó con quién estaba tratando de hablar tan urgentemente el hombre parecido a una piedra.

"Sí, madre. Soy yo."

La madre de Kwon Taekjoo contestó a la llamada como si llevara horas esperando. Como llegaba un poco tarde, intentó calmarla mientras ella desahogaba sus preocupaciones. Ni siquiera le importaba que Zhenya estuviera escuchando.

Un lenguaje extraño fluyó de la boca de Kwon Taekjoo. Zhenya se había reunido varias veces con norcoreanos por negocios y reconocía el idioma como coreano, pero no lo dominaba lo suficiente como para entender con quién hablaba Kwon Taekjoo o lo que decía. Sólo podía adivinar basándose en el hecho de que el tono de voz de Kwon Taekjoo era inusualmente suave y que usaba una voz tranquilizadora para calmar las preocupaciones de la otra persona. La voz que salía de los auriculares era definitivamente la voz de una mujer. No se trataba de una simple aventura de una noche, sino de una mujer con la que mantenía una larga y profunda relación.

De repente, Zhenya sacó su teléfono y abrió una aplicación de traducción. Como era de esperar, Kwon Taekjoo estaba hablando en coreano, y la palabra que se repetía de forma característica significaba 'madre'. Zhenya resopló mientras analizaba la traducción. La mujer con la que Kwon Taekjoo estaba siendo inusualmente amable no era una señorita, sino su madre.

La llamada de Kwon Taekjoo terminó rápidamente. En cuanto pulsó el botón de fin de llamada, dejó escapar un largo suspiro. Cansado, guardó el dispositivo de comunicación y, de repente, levantó la vista. Inmediatamente, miró a Zhenya a los ojos. Zhenya miraba a Kwon Taekjoo y sonreía. Era demasiado obvio lo que intentaba decir. Kwon Taekjoo fingió no darse cuenta, guardó su bolso y volvió a sentarse. Zhenya se burló como si lo hubiese estado esperando.

"Me preguntaba cómo sería un niño de mamá, pero resulta que tenía uno delante de mí".

"¿Por qué actúas como si lo supieras todo cuando no sabes nada?".

"¿Te enojaste porque di en el clavo?"

"También preferiría estar menos cansado que ser un niño de mamá."

Kwon Taekjoo sacudió la cabeza y refunfuñó. Los problemas personales de los demás no eran asunto de Zhenya, así que no le interesaban. Pero ver a un hombre que era como una piedra pasar de repente de la amabilidad a la brusquedad, como si no hubiera pasado nada, le hizo sentir curiosidad por la situación interna. ¿Por qué se llamó a sí mismo un niño de mamá 'cansado'?

"Continúa."

"¿Cómo podría un bastardo como tú saber lo difícil que es sobrevivir solo? Lidiar con la ansiedad, la preocupación, la inseguridad, el nerviosismo y la expectación de la familia que dejaste atrás, soportar la carga de los muertos. Como sé que mi madre se enfadará, no tengo más remedio que mentirle y fingir estar alegre. Si supiera dónde estoy y lo que voy a hacer, estaría preocupada el resto de su vida. Todavía cree que estoy en la oficina del gobierno local llenando quejas..."