Vol. 6 Uno o el otro 95

94 8 4
                                    

Kwon Taekjoo se desparramó sobre la cama. Tenía el cuerpo resbaladizo y pegajoso por el sudor, deshaciendo todo su esfuerzo en la ducha. A pesar de tener el aire acondicionado funcionando en segundo plano, su cuerpo no conseguía refrescarse. Al salir del baño, sus piernas estaban tan débiles y temblorosas que apenas podían mantenerlo en pie. Ya había perdido la noción del número de veces que había tenido sexo con Zhenya. Ni siquiera unas bestias en celo soportarían el desenfreno que ambos acababan de compartir. Y no era como si se hubieran reencontrado después de estar separados durante años... apenas había pasado una semana desde la última vez que se reunieron.

Casi dos años habían pasado desde que él y Zhenya comenzaron a relacionarse. Era el tiempo suficiente para que la mayoría de las parejas desearan pasar un tiempo a solas, pero, por extraño que pareciera, la impaciencia de Kwon Taekjoo parecía aumentar cada día que pasaba. Quizás el insaciable impulso sexual de Zhenya se le estaba contagiando.

Un gemido se escapó de su boca cuando se giró para recostarse boca abajo, sus caderas doloridas por la implacable presión que habían soportado. Pero peor que el dolor era la sensación de las sábanas adheridas a su piel pegajosa. Lo único que podía hacer era fruncir el ceño porque estaba demasiado exhausto para hacer otra cosa que no fuera recuperar el aliento. Su mente estaba sumergida en una niebla, su visión era borrosa y el mareo le daba vueltas en la cabeza.

Extendió ciegamente una mano hacia el otro lado de la cama, pero la encontró vacía. Un sonido de agua corriente provenía del cuarto de baño. El bastardo lo había follado hasta casi dejarlo inconsciente y ahora disfrutaba de una agradable ducha a solas.

Sin poder soportar el cansancio que lo invadía, sus párpados se entrecerraron. El sueño empezó a apoderarse de él mientras su conciencia se iba desvaneciendo poco a poco. Para cuando perdió la noción del tiempo, el sonido constante del agua se detuvo. Unos instantes después, pudo percibir la presencia de Zhenya mientras abría la puerta y salía del cuarto de baño.

Por un momento, la mirada de Zhenya se detuvo en la figura de Kwon Taekjoo antes de salir silenciosamente de la habitación. Desde fuera se escuchaba el débil ruido de los platos. Por alguna razón, aunque interrumpía el descanso de Kwon Taekjoo, no lo irritaba tanto como creía.

Unos minutos después, Zhenya regresó, proyectando una enorme sombra sobre el rostro de Kwon Taekjoo. La cama se hundió bajo el peso y la fría presión de un vaso tocó la mejilla de Kwon Taekjoo. En plena somnolencia, Kwon Taekjoo soltó una risita al darse cuenta de que esto se había convertido en parte de su pequeña rutina.

"... ¿ahora ni siquiera me vas a dejar dormir?". Kwon Taekjoo murmuró, mientras abría los ojos. Su voz sonaba ronca y áspera por la fatiga. Se aclaró la garganta un par de veces, pero no sirvió para mucho.

"Pensé que habías dicho que querías beber hace un rato".

"Sí, pero... tranquilamente".

"¿Podría ser algo más tranquilo que esto?"

Kwon Taekjoo lanzó un suave suspiro y agarró el vaso de whisky que se agitaba frente a él. Gruñendo, se incorporó con gran esfuerzo.

Zhenya agarró a Kwon Taekjoo por el hombro y le dió la vuelta, presionando sus labios con un beso. El fuerte sabor del humo de un puro se introdujo en la boca de Kwon Taekjoo, empeorando su garganta ya dolorida. De forma instintiva, apartó el brazo de Zhenya en señal de desaprobación, pero éste se limitó a reírse y a dar otra calada a su puro. En otros tiempos, el simple olor del humo le habría puesto los nervios de punta y le habría provocado una jaqueca. Pero ahora, el familiar aroma parecía tranquilizarlo, tal vez debido a su vínculo con Zhenya.

Las Flipantes Aventuras Del Conejillo Chocolate Y Su Cocodrilo RusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora