Vol. 6 Uno o el otro 94

74 6 0
                                    

"Ay dios, si hubiera sabido que el embajador venía hoy, habría preparado una comida en casa", dijo la madre de Kwon Taekjoo visiblemente arrepentida.

"Debiste decirme que vendría", agregó, regañando a Kwon Taekjoo. Éste se preguntó por cuánto tiempo más su madre seguiría tratando a Zhenya como si fuera un príncipe.

"Vamos, es agradable comer afuera de vez en cuando. La comida de aquí tiene buena pinta".

"¿Acaso es lo mismo que una comida casera hecha con amor y esfuerzo? Además, el embajador es muy exigente con la comida".

"Hoy en día come casi de todo".

Kwon Taekjoo continuaba tranquilizando a su madre mientras pateaba disimuladamente a Zhenya por debajo de la mesa. Haciendo un esfuerzo por sonreír, le preguntó: "¿Verdad, señor embajador?". A pesar de sus persistentes llamadas de auxilio, Zhenya se limitó a dirigirle una mirada de confusión.

"Sonríe, bastardo".

"¿Que? ¿Así de la nada?"

"Y de paso asiente con la cabeza", musitó Kwon Taekjoo. Zhenya levantó las cejas, mostrándose claramente desorientado con la situación, pero entonces fijó su mirada en la madre de Kwon Taekjoo. Le dedicó una sonrisa y asintió lentamente, tal y como Kwon Taekjoo le había ordenado. Una simple sonrisa suya bastó para disipar sus preocupaciones.

"Que alivio. Entonces, coma mucho, señor embajador".

Zhenya volvió a asentir con la cabeza ante sus palabras. Aunque todavía no entendía el coreano parecía captar lo esencial de lo que ella estaba diciendo. Siempre había sido capaz de entender las cosas con rapidez, además había pasado mucho tiempo con la madre de Kwon Taekjoo, así que no le sorprendió.

Por costumbre, Kwon Taekjoo empezó a organizar los acompañamientos que sabía que Zhenya podría comer, y los colocó delante de él.

"Date prisa y empieza a comer", le pidió. Zhenya levantó su cuchara y probó la sopa de pollo al ginseg, luego cogió con cuidado un pedazo de pollo con el tenedor y le dio un pequeño bocado. Kwon Taekjoo lo observó comiendo hasta que no pudo soportarlo más y empezó a manejar la olla de piedra de Zhenya con sus palillos.

"Agh, qué diablos. Estás picoteando demasiado tu comida".

Con una facilidad habitual, Kwon Taekjoo separó los muslos de pollo y los depositó en un cuenco aparte, luego desmenuzó la carne en trozos medianos. Sólo entonces, Zhenya ensartó la carne blanca con su tenedor y se la metió dentro de la boca. Cerró los ojos con elegancia, degustando el sabor. No parecía sentirse ni un poco incómodo porque alguien más le atendiera con la comida.

Fastidiado por la escena, Kwon Taekjoo murmuró: "Príncipe malcriado". Como era habitual, Zhenya se lo tomó como un halago y levantó la cabeza con una sonrisa de satisfacción. Kwon Taekjoo hizo un chasquido con la lengua y estaba a punto de devorar su propia comida cuando giró la cabeza y captó la mirada de su madre. Por alguna razón, ella le dio una sonrisa de complicidad.

"¿Por qué no comes, madre?"

"Ves, habría sido tan agradable si hubieras hecho eso por él desde el principio."

"¿Hacer qué?"

"Él puede ser más joven, pero sigue siendo tu jefe. Deberías tratarlo bien, tal como hiciste hace un rato. ¿En quién más puede confiar el embajador en este país extranjero? Estaba preocupada de que te comportaras de manera imprudente con él, pero es muy agradable ver que los dos se llevan estupendo."

Las Flipantes Aventuras Del Conejillo Chocolate Y Su Cocodrilo RusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora