Las Flipantes Aventuras Del Conejillo Chocolate Y Su Cocodrilo Ruso

Vol. 6 Reinicio 85

"Uugh..."

Kwon Taekjoo se estremeció mientras abría los ojos. Estaba desorientado, su mente aturdida, como si hubiera perdido brevemente el conocimiento. Lo primero que percibió fue el fuerte olor a pólvora y polvo en el aire. Intentó mover las extremidades. Aunque las sentía doloridas y acalambradas en algunas partes, no tenía mayores problemas para moverlas. El transmisor que llevaba en la oreja debía de estar completamente destrozado, porque no dejaba de emitir un pitido agudo. Frustrado, lo arrancó y lo tiró contra el suelo, pero fue inútil... el pitido en sus oídos persistía. Kwon Taekjoo pensó que le escocía la frente cuando, de repente, notó un rastro de sangre escarlata que le bajaba por los párpados. Evidentemente, debía de haberse desgarrado el cuero cabelludo por alguna parte. La sangre tiñó su visión de un rojo borroso.

Sus alrededores estaban sumidos en una negra oscuridad absoluta. Por lo que pudo deducir, la casa entera se había derrumbado por la explosión anterior. Antes de que lo enterraran vivo, salió corriendo hacia el espacio vacío entre dos estructuras derrumbadas y a duras penas logró salir con vida.

"Ugh, mierda..."

Kwon Taekjoo estaba a punto de levantar su magullado y maltratado cuerpo del suelo cuando, de repente, sintió que algo se retorcía entre sus brazos. Una niña con una sonda nasal se movía con dificultad debajo de él. Tal vez había protegido instintivamente a la niña cubriéndola con su cuerpo. Aún estaba apenas consciente, y su respiración y sus latidos eran claros, aunque un poco bruscos y rápidos. Al menos, no parecía tener heridas externas.

"¡Uhh.. Ahhh...!"

La niña estaba abriendo los ojos cuando vio a Kwon Taekjoo, palideciendo de miedo. Kwon Taekjoo le cubrió la boca para ahogar su grito instintivo y puso un dedo sobre sus propios labios. Él la miró fijamente y negó suavemente con la cabeza. A pesar de que parecía a punto de echarse a llorar, la niña se las arregló para asentir con la cabeza.

Kwon Taekjoo aún no había conseguido averiguar quién estaba detrás de todo esto, y mucho menos su propósito. Yoon Jongwoo había indicado que se trataba de una compañía militar, pero Kwon Taekjoo necesitaba una confirmación más detallada.

Con su respiración contenida, Kwon Taekjoo echó un vistazo al exterior. Pudo oír el ruido sordo de botas de combate militares durante un rato, antes de que lo acompañara el sonido de varias puertas de vehículos que se abrían y cerraban de golpe. Parecían haber al menos cuatro de ellos. Enfrentarse a ellos en solitario ya sería todo un reto, y con la niña a cuestas, ni pensarlo. No tuvo más remedio que esperar con paciencia a que se fueran.

Momentos más tarde, los enormes vehículos blindados rugieron alejándose a la distancia. Al parecer, abandonaban el lugar tras haber completado su misión.

Instintivamente, Kwon Taekjoo echó un vistazo cauteloso a sus alrededores y salió con cuidado antes de hacer un gesto a la niña acurrucada en la oscuridad para que lo siguiera. La niña no cesaba de mirar hacia atrás, entre sollozos.

"Pablo..."

Rastreó su mirada hasta llegar a un muchacho inconsciente que estaba tumbado en el suelo. Se trataba del mismo chico que había capturado antes de que la casa se viniera abajo. El verdadero rostro del "Martillo Eléctrico". Probablemente se trataba del hermano de la pequeña. Tenía toda la parte inferior de su cuerpo aplastada por los escombros del inmueble. Kwon Taekjoo no podía estar seguro de si seguía vivo o no.

Kwon Taekjoo no tenía ninguna obligación de salvarlos a ambos. A decir verdad, tenía que salir corriendo del lugar antes de que su identidad fuera descubierta. En otros tiempos, ya lo habría hecho. Pero no pudo darse la vuelta y apartar la mirada de la pequeña niña que intentaba desesperadamente salvar a su hermano mientras respiraba con dificultad.