Vol. 5 Días Normales 76

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Dos semanas habían pasado desde que perdió el contacto con Zhenya. Después de separarse en Las Vegas, Kwon Taekjoo había volado de vuelta a Corea a la mañana siguiente. Tan pronto como llegó al aeropuerto, comprobó su teléfono, pero no encontró ningún mensaje de Zhenya, aunque a esas alturas ya debería haber llegado a Moscú.

Desde entonces, Kwon Taekjoo no había sabido nada de él.

Kwon Taekjoo sabía que de entre todas las personas, no tenía sentido preocuparse por Zhenya. Pero no podía deshacerse de su inquietud, dado que nunca habían estado separados durante tanto tiempo antes. Tal vez era sólo porque tenía demasiado tiempo libre en sus manos debido a las largas y aburridas vacaciones que había obtenido después de completar su misión.

Yoon Jongwoo, a quien había llamado para pasar el rato cada dos por tres, le presentó un popular juego de moda. Kwon Taekjoo lo había perfeccionado en menos de una semana y perdió el interés con la misma rapidez. Yoon Jongwoo le preguntó si quería probar otro de sus juegos favoritos, pero Kwon Taekjoo no disfrutaba jugando en equipo, ni en los videojuegos ni en la vida real. Por alguna razón, durante estas vacaciones, sencillamente no le apetecía ver películas, vídeos o leer libros.

Volvió a agarrar su teléfono y le lanzó una mirada fulminante a su registro de llamadas, claramente unilaterales.

¿Estaba Zhenya herido o enfermo de alguna manera? Quizás había tenido un accidente o lo habían operado de urgencia. ¿Y si se había metido en una situación en la que no podía contactar con Kwon Taekjoo o volver a Corea?

Su mente no dejaba de evocar los peores escenarios posibles, pero al final, sacudió la cabeza, incapaz de imaginar a Zhenya en ese tipo de situaciones.

No quería decir que Zhenya fuera invencible. Durante el tiempo que pasaron juntos, había enfermado lo suficiente como para estar postrado en cama, aunque sólo una vez. Parecía sufrir bastante bajo las despiadadas olas de calor en Corea. Aunque Moscú misma alcanzaba a veces temperaturas récord de 30º C debido al calentamiento global, Zhenya nunca había parecido afectado por ello. Después de todo, se habría quedado en la isla Ajinoki si el clima se hubiera vuelto insoportable en su tierra.

Zhenya ya se daba múltiples duchas frías a diario, pero ese día, había recurrido a echar hielo dentro de la bañera. Luego la llenó de agua fría y se sumergió en ella. Kwon Taekjoo prácticamente podía sentir el frío irradiando desde la bañera con tan solo estar de pie cerca.

"¿Qué haces?"

"¿No es obvio?"

"Te vas a provocar una hipotermia. Continua así y morirás de un ataque al corazón".

"Ya estoy literalmente en un infierno ardiente. ¿Cuánto más podría empeorar? Todo tu país es un sauna".

"Estás actuando como un bebé por nada."

Aunque Kwon Taekjoo lo reprendió para que saliera de la bañera, insistiendo en que cogería un resfriado, Zhenya no se inmutó. Kwon Taekjoo, sin fuerzas ni motivación para detenerlo, y también cauteloso de que lo empujaran a la bañera con él, lo había dejado solo. Después de un largo rato, Zhenya finalmente salió del baño. Su complexión, ya de por sí pálida, se había vuelto aún más pálida, desprovista de toda la sangre.

"Estás tan blanco como una sábana. Y tus labios... están azules".

Kwon Taekjoo chasqueó la lengua con desaprobación y comenzó a secar el cabello de Zhenya con una toalla. Zhenya se sometió tranquilamente a las atenciones de Kwon Taekjoo, cuando de pronto presionó su cuerpo, escandalosamente frío, contra el suyo. Estaba tan frío que Kwon Taekjoo se preguntó si la temperatura corporal de cualquier persona podía llegar a ser tan baja. Un simple roce bastó para que le recorrieran escalofríos por todo el cuerpo. Aunque Kwon Taekjoo ya se había anticipado a esta situación y había encendido la calefacción, no podía sentir ningún tipo de calidez.

Las Flipantes Aventuras Del Conejillo Chocolate Y Su Cocodrilo RusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora