Vol. 6 Reinicio 87

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Una vez que terminaron de ducharse, Kwon Taekjoo se desplomó sobre la cama, su cuerpo quedó completamente inerte. Era difícil incluso mover un dedo. Kwon Taekjoo no tenía fuerzas ni para mirar la hora ni para evaluar la situación en Cuba. Su mente estaba nublada, al borde de la inconsciencia.

Zhenya se acercó a la cama. Parte del colchón se hundió bajo de su peso. Con los ojos fijos en Kwon Taekjoo, levantó con delicadeza uno de los brazos de Kwon Taekjoo, colocó una mano bajo su cabeza, y lo acomodó de forma que su cabeza descansara sobre el cabecero. Kwon Taekjoo se preguntó si era prudente dejarle mover su cuerpo a su voluntad. Una pequeña parte de su razonamiento protestó, pero Kwon Taekjoo pensó: "¿Qué sentido tiene? De todos modos, es mi novio." Era extraño pensar que su vida había estado una vez a merced de las manos de Zhenya, pero ahora, en lugar de sentirse desconfiado, encontró comodidad y paz en su toque.

"...Mmm."

La parte posterior de la cabeza de Kwon Taekjoo se hundió en la almohada suave. Por el rabillo del ojo, notó que una mano pálida se estaba acercando a su cara. Se dio cuenta de que Zhenya intentaba tocarlo e instintivamente acercó su cara a la mano. Al entrar en contacto, Kwon Taekjoo se estremeció ante el inesperado roce y abrió los ojos para ver whisky chapoteando dentro de un vaso frente a él.

Kwon Taekjoo abrió la boca, pero luego la cerró al darse cuenta de que su voz había desaparecido por completo. Tosió un par de veces para recuperar la voz antes de volver a intentarlo.

"Oye. Te dije que tenía sed. ¿Cómo pudiste...?"

"Taekjoo, sé que te gusta el dolor, pero realmente no hay necesidad de soportar un malestar tan innecesario".

"¿De qué estás hablando?"

Kwon Taekjoo frunció el ceño y removió su cuerpo antes de detenerse. Un dolor silencioso y agudo brotó por todas las zonas de su cuerpo, el cual se sentía pesado como un trozo de algodón empapado. Sospechó que la incomodidad no se debía únicamente a que acababa de tener sexo con Zhenya.

Levantando su cabeza, Kwon Taekjoo miró hacia abajo, a sí mismo. Gracias a la breve ducha, su piel parecía relativamente limpia, aunque estaba cubierta de una serie de vendajes tanto grandes como pequeños. Incluso los cortes y rasguños más pequeños brillaban, probablemente cubiertos con algún tipo de pomada. Kwon Taekjoo sabía que había sufrido varios cortes profundos que necesitaban puntos. Se preguntó si Zhenya se los había suturado todos a mano.

Kwon Taekjoo levantó ligeramente el vendaje de su brazo. La herida, del grosor de una sola uña, estaba perfectamente cerrada, con puntadas tan uniformes en tamaño y diametro que Kwon Taekjoo podría haberle creído a Zhenya si hubiera asegurado que tenía experiencia cosiendo cosas. Se le escapó una pequeña risa ante lo absurdo del pensamiento.

"¿Por qué te molestaste en coser éstas? Te excitó volver a tocar mi piel desnuda, ¿cierto?".

Zhenya ladeó su pálido rostro y ofreció una respuesta ridícula.

"Por supuesto que no. Los cortes pequeños son los que más suelen perdurar como cicatrices. ¿No crees que ya tienes suficientes marcas en ti gracias a mí?".

Kwon Taekjoo se preguntó si finalmente se había vuelto loco, porque su ridícula declaración sonaba extrañamente romántica a sus oídos. Claramente, algo estaba mal con su cabeza debido a la explosión. Era eso, o sus sentimientos se habían vuelto completamente descontrolados.

Kwon Taekjoo se esforzó por levantar su cuerpo mientras reflexionaba sobre la tonta incógnita de si la locura podía ser contagiosa, dejando escapar un gemido involuntario por el esfuerzo. Zhenya agitó suavemente un vaso frente a él en respuesta.

Las Flipantes Aventuras Del Conejillo Chocolate Y Su Cocodrilo RusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora