Las Flipantes Aventuras Del Conejillo Chocolate Y Su Cocodrilo Ruso

Vol. 1 Tren Transiberiano 24

"¿Oh?"

Zhenya le lanzó una mirada de sorpresa y se apartó. Louise miró a Kwon Taekjoo con la cara enrojecida. Era la primera vez que se acostaba con dos hombres a la vez. No volvería a tener la oportunidad de hacerlo con dos hombres guapos cuyos atributos físicos estaban muy por encima de la media y cuyas personalidades eran completamente distintas.

No sabía por qué Kwon Taekjoo, que se había quedado con cara de piedra sin importar las veces que ella había insistido con él, había accedido de repente, pero estaba encantada de pensar que ese hombre tan seco había sucumbido finalmente.

Cuando se quitó la camisa, Louise le rodeó el cuello con los brazos como si hubiera estado esperando. Kwon Taekjoo la levantó y la llevó a su cama. Dejó a Louise en la cama con suavidad y apartó los libros del suelo. Zhenya se sentó frente a ellos, con los brazos cruzados, y observó.

Louise besó la oreja de Kwon Taekjoo y acarició su fuerte hombro. Deslizó los dedos hacia la clavícula y el pecho, suavemente curvados. Su cuerpo estaba tonificado, sin un ápice de grasa, y sus miembros eran largos y esbeltos.

Louise, que observaba a Kwon Taekjoo, le acarició el cuello. Un dulce jadeo brotó de sus labios. Kwon Taekjoo se tomó un momento para sentir su dulce aroma en la punta de la nariz y rodeó la cintura de Louise con los brazos para estrecharla contra él. Le colocó un mechón de pelo detrás de la oreja y le dio un ligero mordisco en el lóbulo. Louise soltó un dulce gemido, ya medio derretida. Apretó los labios contra su oreja caliente y le susurró suavemente.

"Te arrepentirás de haberme metido en esto. Tengo malos modales en la cama".

"... ¡Ah!"

El cuerpo acalorado de Louise se sacudió en un instante. Su cara enterrada en la almohada esponjosa, la parte inferior de su cuerpo se levantó. Kwon Taekjoo frotó su pene endurecido contra la suavidad de debajo. Su pene, que siempre se había saciado con la masturbación, estaba visiblemente excitado por el sabor del sexo real. La columna vertebral de Louise se arqueó. Agarró los muslos de Kwon Taekjoo con nerviosa expectación.

"Espera, ah..."

Pero antes de que pudiera decir nada, el rígido pene entró de golpe, aplastándola por debajo. Louise jadeó ante la penetración despiadada, sin apenas juegos previos. El grueso pene presionó su cuerpo blanco y tembloroso hasta la raíz. El sonido de la carne chocando contra la carne resonó en la habitación.

Los labios de Zhenya se torcieron hacia arriba. Ni siquiera él había sido tan imprudente. Si lo necesitaba, chupaba los pechos de la mujer, la aflojaba y esperaba a que se mojara. Eso era paciencia para el placer que vendría después. El coito humano era diferente del apareamiento animal.

Pero Kwon Taekjoo se había saltado todo el proceso, centrándose sólo en la inserción en sí. La mujer que soñaba con un romance poco convencional con sexo casual fue aplastada sin ninguna preparación. Kwon Taekjoo embistió con fuerza a Louise. Un gemido desgarrador de dolor y placer brotó de ella. Cuanto más rápido empujaba Kwon Taekjoo, más agitada se volvía su respiración. Ya tenía el ceño fruncido. Pronto, todo su cuerpo se empapó de sudor. Sus músculos brillaban.

Zhenya observaba, sorbiendo su bebida. Su mirada no se apartaba del culo de Kwon Taekjoo, que se tensaba con cada presión de su parte inferior. Era un buen espectáculo, y el alcohol le sentaba bien.

Kwon Taekjoo apretó los dientes. Bajó la cabeza y sus caderas se agitaron una y otra vez. No podía contener sus gemidos ni su respiración entrecortada, aunque se mordiera los labios con fuerza. Su cuerpo empapado temblaba y se contraía con cada embestida. Cada pequeño temblor de sus músculos era visible. A primera vista, parecía más un deporte que sexo. Quizá por eso, a mitad de camino, Zhenya se olvidó de su bebida y se sumergió en el acto que tenía delante.