Vol. 6 Un Presagio: Por suerte o Desgracia 93

46 6 2
                                    

Una vasta extensión de nieve se extendía en todas direcciones frente a Kwon Taekjoo, como un inmenso océano blanco. El campo de nieve estaba impoluto, sin huellas, y la profundidad del terreno era indescifrable bajo la llana superficie. Incluso las ramas de los escasos árboles que adornaban el paisaje estaban recubiertas de pesadas capas de nieve.

'Este lugar otra vez...?', murmuraba Kwon Taekjoo para sí mismo, mientras observaba la zona.

Inspeccionó cuidadosamente sus alrededores, solo comprobando la posibilidad de que estuviera en la isla Ajinoki. De repente, una carcajada escapó de sus labios. Tal vez su estado de inconsciencia lo había traído hasta aquí debido a que no había conseguido dejar de pensar en Zhenya a lo largo de todo el día. Entonces decidió empezar a caminar en cualquier dirección, con la esperanza de encontrar algo que le resultara familiar. Tanto el paisaje como la atmósfera le parecieron extrañamente conocidas. Era como si fuera la isla Ajinoki, cerca del borde del acantilado donde estaba la mansión de Zhenya.

Pero no importaba dónde mirara, no había ningún rastro de una mansión, y mucho menos de una simple cabaña. El lugar entero estaba desprovisto por completo de indicios de animales salvajes, no había ni un solo conejo o reno a la vista. Tal vez porque estaba atrapado en un sueño.

Kwon Taekjoo vagó por el inmenso campo vacío sin ningún rumbo, hasta que por fin vio una pequeña huella... era la pisada de un niño. Una inesperada oleada de alegría lo embargó. Esbozó una sonrisa y aceleró el paso, persiguiendo las huellas.

No tardó en ver a un niño en cuclillas sobre el suelo, vistiendo una ushanka, con botas y abrigo de piel. No obstante, Kwon Taekjoo lo reconoció de forma instantánea.

'Zhenya', lo llamó con ánimo.

Pero el pequeño no respondió. Ni siquiera se dio la vuelta ni reaccionó a la voz de Kwon Taekjoo. Puede que realmente fuera porque estaban en un sueño, por lo que sus palabras no le alcanzaron.

'Oye, está helando aquí fuera. ¿Qué estás haciendo? ¿Dónde está tu casa?' exclamó Kwon Taekjoo, caminando en dirección al niño.

El pequeño continuaba sin moverse ni un solo centímetro. Estaba con la cabeza gacha, completamente absorto en algo. Kwon Taekjoo lo examinó más de cerca y se dio cuenta de que su pequeño cuerpo estaba temblando con fuerza. Un sentimiento de malestar se adueñó de la mente de Kwon Taekjoo.

'Oye, pequeño. ¿Qué ocurre?'

Extendió su mano y giró al muchacho por el hombro. La cara que se encontró con su mirada era la de un joven Zhenya, pero estaba bañada por las lágrimas. Kwon Taekjoo se quedó de pie inmóvil por un tiempo, desconcertado por la escena inesperada, antes de que sus ojos se posaran en la figura que Zhenya acunaba entre sus brazos.

Se sobresaltó.

El cuerpo estaba ensangrentado, con el rostro tan desgarrado por las heridas de bala que sus facciones eran irreconocibles. Kwon Taekjoo sólo pudo adivinar de quién se trataba por la forma en que estaban expuestos los dedos y las uñas, y por el tamaño del cuerpo.

Era él mismo, el propio Kwon Taekjoo.

'...Mi Zainka... Mi zainka' Zhenya sollozó, mientras las lágrimas le resbalaban por la cara. Kwon Taekjoo estaba tan consternado que no había pensado en como consolarlo. El cadáver entre los brazos de Zhenya se volvía cada vez más rojizo con cada borbotón de sangre, empapando de carmesí tanto el cadáver como al propio Zhenya.

El pequeño Zhenya emitió otro lamento desgarrador. De repente, un destello enceguecedor se abrió paso a través del silencioso entorno, inundándolo con un aluvión de partículas compactas y misteriosas que caían como una lluvia. Era una lluvia de proyectiles de ametralladora. Kwon Taekjoo alargó la mano hacia Zhenya por instinto.

Las Flipantes Aventuras Del Conejillo Chocolate Y Su Cocodrilo RusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora