Las Flipantes Aventuras Del Conejillo Chocolate Y Su Cocodrilo Ruso

Vol. 4 Trampa de Miel 70

La puerta de inmigración se abrió y un grupo de personas comenzó a salir hacía la zona de llegada. Entre ellos estaba Kwon Taekjoo. Llevaba una maleta y estaba pulcramente vestido como un ejecutivo que acababa de regresar de un viaje de negocios, pero las vendas en varios lugares poco visibles demostraban que no había sido un viaje ordinario.

¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que pisó suelo coreano? Detuvo sus pasos y aspiró el aire que tanto había echado de menos. Disfrutó el paisaje exterior a través de la pared de cristal. Cuando se fue, era principios de la primavera, pero ahora la gente llevaba ropa más ligera. Parecía que el verano estaba a punto de comenzar.

Levantó la manga de su camisa para comprobar la hora. Eran más de las 7 de la tarde. Encendió rápidamente su teléfono móvil. Sin embargo, no había mensajes de su madre apurándolo para que regresara a casa. Suspiró suavemente. Bueno, solo era un retraso de 30 minutos. En el pasado, no habría podido soportar ese breve tiempo y habría recibido decenas de mensajes preocupados. Era una buena señal. Su madre estaba mejorando.

Por alguna razón, incluso Zhenya se quedó en silencio. Hasta ayer lo llamaba a cada segundo, hasta que recibiera una respuesta. Pero ahora parecía haberse cansado de insistir. O tal vez, algo desafortunado le había sucedido, y le impedía comunicarse con él.

"....."

¿Algo desafortunado le había sucedido? Sonrió sarcásticamente ante su propia suposición. Era el tipo de persona que no parecía lastimarse en absoluto. Tendría que caerse a propósito para sangrar siquiera un poco. ¿Algo tan grave que ni siquiera podría mover un dedo? Eso era ridículo. Claro, incluso un mono podría caer de los árboles a veces, así que podría haberle ocurrido una situación excepcional. Aunque era difícil de imaginar.

Kwon Taekjoo miró fijamente su teléfono móvil. Tal vez debería tomar la decisión y llamar a Zhenya. Buscó en la lista de llamadas recientes el número de ese hombre. Su numero llenó la pantalla. Pero su dedo no presionó de inmediato el botón de llamada, sino que vaciló durante un buen rato.

Imaginó brevemente cómo sería la reacción del otro. Sin darse cuenta, poco a poco su expresión se retorció. Lo mejor sería ignorarlo que ver como alzaba el mentón con arrogancia y presumía. Volvió a guardar su teléfono móvil.

"¿Será que alguien está hablando de mí...?"

Murmuró mientras sentía un cosquilleo incesante en el oído. Sin embargo, pronto lo atribuyó al cansancio. Debía llegar a su casa rápidamente y descansar un poco. Salió y tomó un taxi. Le indicó al conductor su destino y enseguida cerró los ojos. Inmediatamente sintió como su cuerpo se relajaba.

Siempre había sido así, pero últimamente parece que la rueda giraba con más ferocidad. Cuando una misión terminaba, seguía otra, y cuando esa misión también concluía, entonces comenzaba una nueva. Esto se debía a que se acercaba el cambio de gobierno. Cada vez que cambiaba el gobierno, también cambiaban las políticas exteriores y de seguridad, y eso a su vez repercutía en los intereses internacionales. Naturalmente, fue inevitable que las tareas del Servicio Nacional de Inteligencia aumentaran. Aunque su mente lo entendía, su cuerpo empezaba a dar señales de estar al limite.

Intentó dormir una siesta, pero el taxi llegó a su casa más rápido de lo que le habría gustado. No podía permitirse mostrar cansancio frente a su madre, así que se golpeó las mejillas vigorosamente para ahuyentar el sueño. El taxista, viéndolo tan lamentable a través del espejo retrovisor, le entregó en silencio un medicamento contra la fatiga. Le dió las gracias y se lo bebió ahí mismo.

Salió del taxi y caminó dando tumbos. Como era de noche, las luces brillaban por todas partes dentro del complejo de apartamentos. La casa de Kwon Taekjoo no era una excepción. Su madre, que normalmente habría estado esperando en la entrada, no estaba a la vista. El hecho de que estuviera abandonando las cosas que había hecho como un hábito durante tanto tiempo aliviaba su corazón.