Pum, Pum, Pum, Pum. El suelo retumbaba con golpes estruendosos y repetitivos. Kwon Taekjoo tuvo dificultades para mantener el equilibrio en medio de la variable intensidad de las vibraciones. Estaba envuelto en una oscuridad absoluta, pero el aire a su alrededor desprendía el aroma de la tierra húmeda. De pronto, una feroz explosión sacudió el suelo con violencia, acompañada de los alaridos y gritos de numerosas personas. Las figuras que tenía a su alrededor aparecieron como imágenes borrosas en lugar de formas definidas. Sus desesperadas palabras parecían sonar como una mezcla de coreano, inglés e incluso ruso.
'¿Ésto es un sueño?' Pensó Kwon Taekjoo, mientras avanzaba cuidadosamente. No podía ver nada delante de él, así que no tuvo más opción que avanzar hasta chocar contra una pared.
En ese instante, las paredes y el techo temblaron, esparciendo una lluvia de polvo nebuloso y rocas por todas partes. Kwon Taekjoo retrocedió de forma instintiva, pero las finas partículas de polvo se abrieron paso hasta sus ojos, oídos y nariz, sofocando su respiración. Sacudió enérgicamente la cabeza de un lado a otro, quitándose la suciedad de encima. Con un movimiento de la mano, dispersó la bruma polvorienta que tenía en frente.
Intentó dar otro paso hacia delante, sólo para sentir que algo blando cedía bajo suyo. Estuvo a punto de caerse, pero apenas consiguió incorporarse a tiempo. Al levantar la vista, se encontró con una imagen inesperada: Un niño de no más de seis o siete años. Abandonado a su suerte en este espacio sombrío, carente de luz, semejante a una prisión subterránea. El niño tenía el cabello rubio pálido y los ojos azules. Su aspecto era idéntico al que Kwon Taekjoo había visto innumerables veces en sus sueños anteriores.
¿Por qué tenía que aparecer ahora, en este preciso momento, y en un estado tan deplorable? Kwon Taekjoo frunció el ceño. Por supuesto, no podía decir con certeza quién era el niño, aunque era bastante parecido a cierta persona que Kwon Taekjoo conocía. Después de todo, nunca había visto al bastardo en su juventud. Pero, aun así, incluso sin pruebas sustanciales, no podía evitar pensar que el niño que tenía delante era Zhenya.
Cada vez que el niño aparecía en sus sueños, su sueño se volvía rápidamente violento. Kwon Taekjoo nunca sufría algún daño en particular, pero cada vez que se despertaba, lo invadía un profundo malestar y una inexplicable sensación de culpa. Últimamente, se había sentido aliviado de no haber visto al niño en mucho tiempo, pero aquí estaba de nuevo, perturbando sus sueños.
El niño retrocedió cautelosamente, con las defensas en alto y los ojos clavados en Kwon Taekjoo. Se aferraba a algo con fuerza en su pequeña y pálida mano. Parecía una bomba.
'Espera un segundo, ¿Qué pisé justo ahora?'
Kwon Taekjoo se giró lentamente, mirando a su alrededor. Montículos de carne estaban esparcidos por todo el suelo, sus formas irreconocibles. El único cuerpo que parecía estar en una sola pieza estaba atrapado debajo de un pilar caído, y de su boca se escapaba un quejido.
'No puede ser', Pensó Kwon Taekjoo, una sensación siniestra se apoderaba de él. Continuó examinando frenéticamente a su alrededor, pero no pudo ver nada, a excepción de un cuadrado contorno azul de algo que parecía ser una ventana. En el exterior, la silueta de un avión de combate pasó rápidamente. Y, aunque Kwon Taekjoo no podía verlos, escuchó la marcha rítmica y ordenada de unas botas haciendo eco a través del aire. Rayos láser rojos procedentes de diversas armas atravesaban la oscuridad y se entrecruzaban por el suelo. En la distancia, una voz resonó, dando una última advertencia de rendición.
Un recuerdo pasó a través de la mente de Kwon Taekjoo al rememorar la historia de infancia que Zhenya le había compartido. ¿No mencionó que estaba acostumbrado a ser secuestrado? Kwon Taekjoo sospechaba que sus pensamientos persistentes de ese entonces habían conseguido atravesar su subconsciente, manifestándose en un sueño. El problema era que, aunque era plenamente consciente de que se trataba de un sueño, no podía despertar. La constante amenaza de peligro acechaba en cada esquina, manteniéndolo al límite. Era suficiente para volverlo loco.
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Las Flipantes Aventuras Del Conejillo Chocolate Y Su Cocodrilo Ruso
ActionZendaya y Taekwondo son 2 chavales dispuestos a ir a todo gas en nombre de su amor.