No podía apartar la mirada de la marca que le había dejado en el cuello. Esa mordida... había perdido el control. La había marcado como si fuera mía, pero lo peor no era eso, lo peor era que ella no había elegido estar en este mundo conmigo. Mónica tenía un pasado, un pasado que conocía y del que nunca me habló en detalle. Sabía que estaba trabajado de prostituta antes de que la encontrara, antes de que la reclamara, y aunque intentara no pensar en ello, el lobo dentro de mí se revolvía cada vez que lo recordaba.
Era eso lo que me desquiciaba, lo que me hacía perder el control. El simple pensamiento de otros hombres tocándola, estando cerca de ella... Me costaba incluso respirar al pensarlo. Y ahora, después de lo que hice, después de marcarla sin su consentimiento, ella me miraba con una mezcla de miedo y rabia. Y lo peor de todo es que no podía culparla.
Empecé a caminar por la habitación, necesitaba moverme, hacer algo para no dejar que el lobo tomara el control de nuevo. Pero cada vez que cerraba los ojos, la veía a ella, a Mónica, trabajando en las calles, sobreviviendo de la única manera que había conocido hasta que nos encontramos. No sabía cómo acercarme a ella, cómo hacer que entendiera que no me importaba su pasado, solo me importaba que estaba aquí ahora, conmigo.
—No pude controlarlo —repetí, intentando que mis palabras tuvieran algún tipo de sentido, pero sabía que no sería suficiente.
Su mirada seguía clavada en mí, fría y desconfiada. El dolor en su cuello era palpable, no solo por la mordida, sino por lo que representaba. Yo había hecho esto, la había reclamado, y ahora ella estaba atrapada en mi mundo. Un mundo que nunca pidió, un mundo que no conocía y que probablemente nunca quiso.
—Sé que no pediste esto —dije, deteniéndome frente a la ventana, cerrando los ojos por un momento—. Pero cuando te conocí, cuando te vi por primera vez... algo en mí cambió. Mi lobo te eligió desde el primer momento.
Me giré para mirarla de nuevo, esperando ver alguna señal de comprensión, pero lo único que encontré fue la misma expresión dura. Sabía lo que estaba pensando. Yo no era diferente a los hombres con los que había tenido que lidiar antes, aquellos que solo la veían como un cuerpo para usar. Pero no era eso lo que yo sentía. Con Mónica era diferente. Lo sabía, y mi lobo lo sabía también.
—Cuando hablas de otro hombre, cuando mencionas que te alejarás, pierdo el control —continué, acercándome lentamente—. Es como si cada parte de mí se volviera loca con solo pensarlo. Y no lo soporto, Mónica. No después de haberte encontrado.
Me detuve justo frente a ella, observando cómo mantenía su mano en el cuello, protegiendo la mordida. Esa visión me destrozaba por dentro. No quería ser una fuente de miedo para ella. Quería protegerla, pero ahora parecía que solo la estaba alejando más.
—No soy como esos hombres —dije, mi voz más baja, rogándole que me creyera—. Sé lo que hiciste para sobrevivir, lo que tuviste que hacer antes de conocerme. Pero nada de eso importa para mí. No te veo como ellos lo hacían. Eres más que eso.
Quería tocarla, sentir su piel bajo mis dedos, pero sabía que si lo hacía, ella se apartaría. Así que me detuve, mi mano en el aire, a unos pocos centímetros de su rostro.
—Sé que no me perteneces, que tienes tu vida, tu pasado, pero mi lobo no entiende eso —continué, mi voz temblando de frustración—. Para él, eres suya, eres mía. Y no puedo cambiarlo.
Mónica me miraba, y pude ver en sus ojos todas las preguntas que yo mismo no sabía cómo responder. Había hecho algo imperdonable, y lo sabía. La había marcado sin que lo eligiera, la había empujado a un mundo del que no podía escapar. Pero ahora, todo lo que podía hacer era esperar a que ella decidiera qué haríamos con lo que éramos.
—Dime qué hacer —le pedí, sabiendo que no había una respuesta fácil—. Dime cómo puedo arreglar esto.
Pero en el fondo, sabía que no habría una solución simple. Ella venía de un lugar oscuro, y yo también la había arrastrado a mi propia oscuridad. ¿Cómo podía esperar que me perdonara cuando ni yo mismo me lo perdonaba?
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La Prostituta Del Alpha Mafioso
WerewolfEn un mundo donde la ley de la selva se entrelaza con la vida urbana, "Mónica", una prostituta astuta y resiliente, ha aprendido a sobrevivir en las calles, desafiando las expectativas y buscando su propio camino. Sin embargo, su vida da un giro ine...