🐺Capítulo 24🐺

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MÓNICA

La noche avanzaba, llena de risas y conversaciones entre los miembros de la manada. Poco a poco, me sentía más cómoda en medio de ellos, pero todavía había un nudo de inquietud en mi estómago, especialmente cuando noté a Richard, el hermano de Jackson, acercándose a mí. Su sonrisa era encantadora, pero había algo en sus ojos que me hacía sentir incómoda.

—Hola, Mónica. ¿Te gustaría dar un paseo? —dijo, su voz suave y persuasiva.

—Eh, quizás más tarde —respondí, tratando de mantener la distancia. Sin embargo, no le gustó mi respuesta.

En un instante, Richard se acercó demasiado. Antes de que pudiera reaccionar, levantó su mano y pronunció unas palabras en voz baja. Sintiéndome repentinamente fría e incapaz de moverme, un hechizo había caído sobre mí. Mi cuerpo estaba inmovilizado, como si una sombra oscura me hubiera atrapado.

—No te preocupes, solo quiero conocerte mejor —dijo, acercándose un poco más, su toque en mi brazo era inquietante.

La impotencia me llenó de pánico. Quería gritar, moverme, pero mi cuerpo no obedecía. Comenzó a acercarse más, y su mirada desbordaba algo que no podía soportar.

Justo cuando la desesperación comenzaba a tomarme, un poderoso aullido resonó en el aire, seguido por el sonido de pasos pesados. Era Jackson. El aire vibró con su presencia, y su mirada se oscureció al ver la escena.

—¡Richard, suéltala! —gritó, sus ojos negros como carboncillos fijados en su hermano, y el fuego en su mirada era aterrador.

Richard retrocedió al instante, pero mi cuerpo seguía inmovilizado; aunque ahora había un fuego que ardía en el pecho de Jackson. Era su lobo gritando por proteger a su compañera. Podía sentir la ira radiando de él, un deseo ardiente de atacar.

—Así que, ¿esto es lo que haces? —dijo Jackson, avanzando con un paso firme, su tono lleno de desacuerdo ¿Intentarás usarla para divertir a tus amigos?

—No hay necesidad de volverse loco, hermano —respondió Richard, aunque su voz no era tan confiada ahora. Cuando notó la intensidad en la mirada de Jackson, dio un paso atrás— Solo estaba siendo amable.

—¿Amable? No tienes idea de lo que eso significa, ¿verdad? —Jackson siseó, su mandíbula tensa. —Tu "amabilidad" está cruzando líneas que no deberían ser cruzadas.

Mi cuerpo se liberó, y de repente, pude moverme. Olfateando el aire, la incertidumbre me llenaba, y vi la furia en los ojos de Jackson. El lobo que había dentro de él quería devorar a Richard por atreverse a tocarme. Pero yo sabía que necesitaba mantener la calma.

—Jackson, espera... —intenté decir, pero mis palabras fueron ahogadas por la tensión en el aire.

Él volvió a mirar a Richard, su furia casi palpable. Quería protegerme, y eso era claro; pero esa energía violenta también podía llevar a consecuencias devastadoras.

—No voy a dejar que pongas tus manos sobre Mónica de esa manera de nuevo —dijo Jackson, su voz retumbando como un trueno—Te estás olvidando de lo que significa ser parte de esta manada. Cada uno de nosotros nos cuidamos.

Richard retrocedió, la cobardía asomaba en su rostro.

—Está bien, está bien. Solo estaba tratando de conocerla un poco mejor —dijo, su tono ahora era más bajo— No necesitas asustarla, Jackson.

Jackson se dio la vuelta hacia mí, y en su mirada noté la preocupación. Sus ojos se suavizaron, y sentí su calidez al acercarse.

—¿Estás bien? —preguntó, su voz llena de genuine preocupación.

—Sí, estoy bien... ahora. —respondí, sintiendo que el miedo se disipaba lentamente— Gracias por llegar a tiempo.

—No puedo permitir que te hagan daño. Eres demasiado importante para mí y para esta manada. —dijo, sus ojos fijos en los míos, una promesa en su mirada— Siempre estaré aquí para protegerte.

Mientras la tensión comenzaba a desvanecerse, supe que había encontrado algo significativo en este mundo salvaje. Era un desafío constante, pero con él a mi lado, sentí que podría enfrentar cualquier cosa.

La manada había comenzado a aceptar mi presencia, pero sabia que el camino sería complicado. Ellos verían que, como la Luna, yo también podía brillar con fuerza propia. Y, sin duda, Jackson sería mi protector, el lobo poderoso que estaba dispuesto a luchar por mí.

Mientras el fuego iluminaba la noche y las estrellas centelleaban en el cielo, supe que había tomado mi lugar en esta manada. Juntos, enfrentaríamos cualquier desafío que se presentara, incluso a Richard.

La Prostituta Del Alpha MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora